LA FUERZA COMO RAZONAMIENTO (ARGUMENTO AD BACULUM)

Perpetrado por Oskarele

Imaginen este argumento: “Irak tiene armas de destrucción masiva. Si no piensas esto, apoyas a Irak y te las verás con nosotros”… ejemplo igual pasado de moda, pero perfectamente válido para la falacia de la que os voy a hablar hoy. Se trata de apelar a la fuerza, en vez de dar razones, para hacer valido un argumento, de ahí el nombre, argumentum ad baculum (significa "argumento que apela al bastón"), o para inducir una conducta.

Su empleo exige dos requisitos: carecer de argumentos demostrables y disfrutar de algún poder lo suficientemente fuerte como para producir coerción. Representa pues, junto con el insulto, la expresión extrema de la renuncia al uso de cualquier razonamiento

Siguiendo con el ejemplo propuesto, se podría haber dicho “Irak tiene armas de destrucción masiva, si no quieres que te ataquen, tienes que unirte a nosotros”… y de nuevo estaríamos cayendo en la falacia.

Me explico. La falacia toma esta forma:
“Si A no es B, te vas a enterar
Luego más te vale aceptar que A es B”

El sujeto se ve obligado a admitir la validez de la falacia para evitar las consecuencias negativas de no hacerlo.

Esta falacia se usa más de lo que pensamos y es fácilmente identificable, aunque no siempre se presenta de una forma clara y precisa, si no que en muchas ocasiones es algo implícito en un discurso.

Es decir, lo explicito sería algo así: “Si no crees en Dios, arderás en esta hoguera”. La versión light, mucho más extendida, sería “Yo creo en Dios y tengo capacidad para ejercer la fuerza y quemarte en una hoguera. ¿En qué crees tú?” (jajajaj)

En definitiva, esta falacia apela al miedo, al terror, de ahí que se llame también “argumentum ad terrorem”, adquiriendo muchas formas.

Un par de ejemplos igual os ayudan a entenderlo:

“Si Irán sostiene su derecho a usar energía atómica con fines civiles deberá enfrentarse a las decisiones que tome la comunidad internacional. Luego Irán no tiene derecho a usar energía atómica con fines civiles.” (No se argumenta porque no puede usar este país esta fuente de energía, sino que la argumentación gira en las consecuencias que tendría para ese país su uso)

“Si no te pones el cinturón de seguridad la policía te multará” (se apela al miedo de que te multe la policía, pero no a las más importantes razones de seguridad)

En muchas ocasiones la amenaza se insinúa tan sutilmente que, llegado el caso, se puede negar, apelando a que uno ha sido malinterpretado o que no se trataba de una amenaza sino de información útil. Un ejemplo:

“No tienes porque dejar de publicar esta noticia sobre las acciones ilegales de nuestra empresa, pero has de saber que nuestra empresa es una de las principales anunciantes en su periódico y estoy seguro de que no querrás perjudicarnos publicando eso…”

La Whiskypedia propone un ejemplo que me ha parecido bastante simpático, así que lo copio-pego:

En la película “Star Wars Episodio IV: Una Nueva Esperanza” se produce un ejemplo de este uso no-lógico de la falacia ad baculum cuando R2-D2 está ganando una partida de ajedrez holográfico a Chewbacca:
C3PO: Él ha hecho un movimiento correcto, gritar no te servirá.
Han Solo: (interrumpiendo) Déjalo. No es inteligente irritar a un Wookiee.
C3PO: Pero señor, nadie se preocupa por irritar a un androide.
Han Solo: Será porque los androides no les sacan los brazos de sus articulaciones a sus contrincantes cuando pierden. Se sabe que los Wookiee hacen eso.
C3PO: Comprendo su punto de vista, señor. Te sugiero una nueva estrategia, R2. Deja ganar al Wookiee.

No hay que confundir este tipo de argumentación falaz con un argumento de este tipo: “Si no dejas de fumar, acabarás teniendo problemas respiratorios”. En este caso el médico no te amenaza, sino que te informa de las consecuencias de un acto, aunque apele al miedo y a la autoridad que le da su cargo. Su intención no es falaz, sino que muestra consecuencias naturales, previsibles, demostrables y, sobre todo, que no va a provocar el propio medico.

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