WAYANG: TRADICIONES DE INDONESIA



En Indonesia, el teatro de títeres tiene importancia y tradición. Particularmente famosos son los muñecos de las islas de Bali y Java. Allí el Wayang es la técnica de manipulación por excelencia. Un estilo de manipulación del que se sirven los titiriteros para contar viejas historias sobre sus dioses y héroes de la mejor tradición épico-religiosa, como Rama o Arjuna.

Con este nombre general se engloban a su vez varias formas de teatro de muñecos.
Así, el llamado wayang golek conjuga el teatro de actores con el de títeres tridimensionales, mientras el wayang kulit es un particular teatro de títeres de sombra, posiblemente pariente del Karagöz que ya conocemos.

Los títeres de sombra del wayang kuilt son planos y se realizan con un cuero especial que después se pinta cuidadosamente. Sus formas y colores no son aleatorios, sino que siempre tienen su significado específico, pues indican su carácter y sus habitudes de comportamiento. Así, los personajes con la nariz caída o los ojos rasgados son identificativos de los personajes más leales y nobles. Y el público los sabe reconocer.

Es capital el protagonismo del dalang, el actor-manipulador, pues él es el encargado de realizar las voces de todos los personajes. Al dalang, a menudo, le acompaña una tradicional orquesta llamada gamelán. A la representación, que puede alargarse durante toda una noche, el público se puede incorporar en cualquier momento, pues la trama argumental es abierta. En cuanto a la técnica de manipulación, es muy similar a la del Garagöz turco: el títere plano detrás de una pantalla por la que atraviesa un haz de luz se maneja mediante varillas perpendiculares a la sábana.

El kuilt de sombras acabó por evolucionar en su desarrollo histórico, dando lugar a un muñeco tridimensional, el wayang golek. Su manejo es bastante peculiar. Podríamos definirlo como un títere de tres varillas inferiores. A la cabeza del muñeco se inserta un pequeño bastón de madera, que, atravesando todo el cuerpo, posee un movimiento independiente al de los hombros. Los brazos, por el contrario, son movidos mediante sendas varillas que se insertan en las muñecas y que permiten movimientos de codos y hombros. Como se puede comprobar, el muñeco posee una gran capacidad gestual, que lo hace asombroso. Este muñeco, comúnmente, es movido por un solo actor, pero no se descarta la posibilidad de la intervención de dos manipuladores: uno para la cabeza y otro para el manejo de las varillas de los brazos.

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