LOS OFICIOS MEDIEVALES


Perpetrado por Oskarele

La presencia destacada de artesanos y mercaderes, en los albores de la Baja Edad Media, daba un carácter propiamente urbano a su hábitat natural, la ciudad: el protagonismo de las actividades artesanas en el origen de las ciudades y en su desarrollo posterior empieza a ganar carta de naturaleza, y sustituye la importancia que hasta hace poco se le otorgaba a la actividad mercantil en la definición de lo urbano. La razón estriba en que los artesanos medievales representan a un grupo social más estable y su actividad se volcaba en crear mercancías, demandar materias primas y consumir ellos mismos los productos de avituallamiento.

Son por lo tanto un elemento social muy activo y mas sedentario que los mercaderes, por lo que resultan básicos para la perdurabilidad de las ciudades.

Pero los artesanos, y también los mercaderes, tuvieron que superar las trabas puestas por la sociedad medieval feudal, organizada en torno a la explotación y los derechos sobre la tierra. Los grupos oligárquicos miraban con receles el lento pero efectivo enriquecimientos de estos grupos artesanos, buscando, en un primer momento limitarlos, para, posteriormente, aprovecharse de ellos, al tomar conciencia de las enormes riquezas que les podían proveer.

Asi, los artesanos, como ciudadanos tenían que cumplir con todas las obligaciones fiscales, militares y de defensa, a la par que tenían que respetar los fueros y las leyes.

La especialización de los trabajos y oficios artesanos era una de las características principales. La fragmentación del proceso productivo y la especialización dependía del mercado y de la casualidad. Así cuando la demanda disminuye la especialización retrocede. Por este motivo oficios artesanos había en un gran numero y en una gran variedad, por ejemplo estos: escardador, hilandera, cantero, herrero o forjador, hojalatero, encuadernador, alfarero, cestero, espartero, bolillera, soplador de vidrio, ebanista, platero, cerero, aliñador de aceitunas, orfebres, alpargatero, iluminador, miniaturista vidriero, platero, picapedrero, titiritero, malabarista, juglar, monje, molinero, pastor, pintor, quesero, panadero, destilero, mago, saltimbanqui, mercader, cuchillero, trovador…

Los artesanos se agruparon en Gremios, agrupaciones de personas de una misma profesión regida por reglamentos creados para defender sus intereses y fuertemente jerarquizados. Surgen como resultado de la libre asociación, aunque con el tiempo se hizo obligatorio pertenecer a un gremio para desarrollar un oficio. Los primeros fueron cofradías religiosas o semi-religiosas, pero con el tiempo se convirtieron en organizaciones meramente comerciales.

Los gremios poseían un carácter local y obligatorio, se dividían en diferentes ramas según la actividad que realizasen. Controlaban toda la actividad artesanal y evitaban la competencia, facilitando a todos los componentes la materia prima a los mismos precios y fijando el tipo, la cantidad y el precio de los productos. Un principio básico era la mutualidad.

Su organización era jerárquica y constaba de tres categorías:

Aprendices: trabajaban sin sueldo de tres a seis años en el taller del maestro, aprendiendo el oficio.

Oficiales: artesanos especializados que cobraban salarios, guiados siempre por un maestro.

Maestros: dueños de los talleres y los instrumentos de trabajo. Para llegar a serlo se hacían unas pruebas a los oficiales (realizar una obra maestra) que demostrasen su habilidad y dominio del oficio, pero los maestros solían poner dificultades al acceso de los oficiales a la maestría para evitar la competencia. Las mujeres no podían ser maestras, aunque si había excepciones, como, por ejemplo, las viudas que podían continuar con el taller del marido con la ayuda de otros maestros del gremio, pero no podían tener aprendices.

Los gremios estaban íntimamente relacionados con las cofradías, que solían tener un carácter benéfico y religioso, contando con un santo protector o patrón, diferente para cada oficio. Dedicaban capillas y retablos en las iglesias a sus santos patronos.

Los gremios tenían muchas normas, dependiendo del oficio a que se dedicasen, pero en las ordenanzas se solían indicar las técnicas de trabajo, los instrumentos que debían usar, el número de empleados y los días festivos. Fijaban la cuota que debían pagar y las normas para realizar y vender los productos, los cargos necesarios para distinguir el gremio y cuestiones de carácter benéfico o religioso. Cada gremio tenía un lugar donde reunirse, en muchas ocasiones las capillas de los santos patrones o edificios construidos para ello, especialmente los más ricos.


Además todos los artesanos de un gremio solían establecerse en la misma calle, que a veces recibía el nombre del oficio que ejercían.

Los artesanos propiamente dichos se desenvolvían en sus talleres, anexos a la casa del Maestro artesano, donde desarrollaban su trabajo. La organización familiar era básica para la actividad artesana. Así los aprendices iniciaban su tarea siendo niños, y pasaban a vivir a la casa del maestro, donde trabajaban y recibían un sustento, un traje o dos al año y una cantidad mínima de dinero anual, según se estipulaba en los contratos de aprendizaje. Los primeros pasos en el oficio los daban de la mano de la esposa del maestro, que educaba y enseñaba a los aprendices al mismo tiempo que lo hacía con sus propios hijos. Las mujeres conocían bien los oficios que practicaban sus maridos, no solo por el devenir diario, sino porque en muchos casos eran a su vez hijas de artesanos (además sabemos que entre los bienes de las dotes solían incluirse utensilios relacionados con el oficio del padre o del marido).

El taller era pues el lugar en el que se produce y se vende, sobretodo en el caso de los oficios relacionados con los servicios. Las herramientas y el equipamiento de los artesanos no eran costosos (excepto en algunos casos, como tintoreros y orfebres). Cuando el oficio necesitaba de instalaciones y medios más costosos se solían crear corporaciones interesadas. Las herramientas y equipos se heredaban de padres a hijos.

Los oficios artesanales habían aumentado en complejidad, en volumen de producción y en grado de especialización desde la alta edad media. La tecnología manufacturera se desarrollo en dos campos: el uso de la energía mecánica (en particular la fuerza hidráulica) y en la mejora de la mecánica.
La jornada laboral se realizaba de sol a sol, aunque algunos oficios trabajaban a la luz de las velas y los candiles. Fue precisamente en el mundo urbano donde surge cierto convencionalismo del ritmo de utilización del tiempo y la división entre tiempo de trabajo y tiempo de no trabajo, aunque el aumento del tiempo libre suscitaba la actitud contraria de los moralistas.

La condición del trabajo artesano, con sus desajustes económicos, trajo enorme contrastes y provocó cambios en las relaciones sociales. La producción artesana cada vez estaba más dirigida al mercado, produciéndose cada vez más para la exportación y tratando de abaratar costos.
Las regulaciones y el seguimiento de la actividad artesanal, la ratificación de las ordenanzas y el control de los gremios eran competencia de los poderes públicos. El concejo intervenía en el nombramientos de los alcaldes, jurados, alamines y veedores de los distintos oficios. Además trataban de frenar lo que consideraban excesos en las actitudes colectivas de los gremios, sobretodo en el control de los precios.

Mas info y fuentes aquí: http://maritim23.wordpress.com/2007/11/14/%C2%A1que-bien-que-no-vivimos-en-la-edad-media%C2%A1/, aquí: http://html.rincondelvago.com/gremios-medievales.html, aquí: http://www.carlosadeva.com/oficios.html (interesante colección de dibujos sobre los diferentes oficios) y aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Gremio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario