EL BIPEDO MISTERIOSO. EL GENERO HOMO. SAPIENS 11. PINTANDO PAREDES. Por qué?


Perpetrado por Oskarele

Con los dos ejemplos que hemos desarrollado más en profundidad, Lascaux y Altamira, nos basta para desarrollar lo que de verdad nos interesa de este mundo de las pinturas rupestres (existen muchas más en toda la cordillera cantábrica)… ¿Por qué las hicieron?

Difícilmente vamos a dar respuestas definitivas, pero creo que podemos ofreceros una correcta idea de lo que piensan los arqueólogos y los antropólogos al respecto.

Hay un hecho trascendental, inequívoco y objetivo: no tenían una utilidad práctica (entendiendo esto de “práctico” desde un punto de vista económico)

Hay otro hecho clave: muchas de estas pinturas aparecen en galerías recónditas, de poca altura y/o con ninguna luz. Esto lleva a la consecuencia lógica de que el artista o los artistas tenían que trabajar en condiciones difíciles y con luz artificial. Y a otra consecuencia importantísima: que el que quería verlas, tenía que ir a verlas.

Así que, si no tenían utilidad práctica, pero en cambio tenían que desarrollar un trabajo complicado, arduo y laborioso para hacerlas… ¿Por qué lo hacían? La mayoría de los antropólogos han encontrado que la única explicación posible ha de ser  que formaban parte de ceremonias religiosas o de cultos místicos.

Es posible que se hiciesen en relación a determinados ritos “mágicos” que se realizaban con la intención de aumentar los futuros suministros de carne y pieles (la mayor parte de las pinturas son animales comestibles y aprovechables, y curiosamente apenas hay vegetales representados), o quizá era una forma de reverenciar a tan preciados bienes de subsistencia.


El hecho de que los animales representados sean animales grandes, posiblemente los más grandes que conocían y podían cazar, en vez de animalicos chicos (ratas, conejos…) sugiere que representaron a los animales de mas valía y, sobre todo, a los que deseaban cazar.

Por analogía con sociedades recolectoras modernas, algunos, como Marvin Harris, plantean que se podría tratar de parte integrante de ritos sociales, con múltiples funciones, desde la afirmación del sentido de identidad grupal como para educar a los niños en sus obligaciones futuras. Harris propone un ejemplo que puede explicar su postura: entre algunos grupos de aborígenes australianos se celebra lo que se conoce como “festivales intichiuma”, celebraciones anuales en las que las personas pintan sus cuerpos, se adornan con plumas, cantan la historia de la creación, bailan imitando a la witchetty (la larva de unos gusanos que se comen) y visitan lejanos acantilados y cuevas para contemplar y enriquecer las galerías de pinturas que representan su antigua edad de oro.
Igual era algo así lo que hacían aquellos sapiens de hace 150 siglos.

Hay quien ha planteado también que podían representar simplemente una especie de libro de texto rupestre, mediante el que explicaban a los vástagos como eran los animales que tenían que cazar, su comportamiento… pero esta idea no encaja con lo oculto y escondido de muchas de estas pinturas: si lo que pretendían era enseñarlas, ¿Por qué hacerlas es lugares tan rebuscados?

Por ultimo, hay, incluso, quien ha planteado que lo hacían por mero regocijo estético. El arte por el arte. Es posible. Podría ser algo así como los graffiteros del paleolítico, pero surge la misma pregunta que con la teoría anterior: si simplemente era un tema estético ¿Por qué hacerlas tan ocultas?

Personalmente me inclino por la hipótesis de que estaban asociadas con lugares considerados por aquellos Homo sapiens como “sagrados”, por un lado, y por otro, posiblemente estaban relacionadas con ritos “mágico-religiosos” (como muchos de los que estamos hablando en la sección de antropología), a su vez relacionados con la cohesión social y con la subsistencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario