LA MANSON FAMILY.


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Eran las 19:00 del mítico año de 1969. El clímax de una revolución psicosocial se perfilaba en un multicolorido y musicalizado horizonte, los psicodélicos comenzaban su reinado y la luna se encontraba en su cuarto menguante. Faltaban apenas 9 minutos para que anocheciera por completo y el asesinato múltiple más sonado de la historia estaba cerca de ser consumado.

La Manson Family, un microoscuro culto formado alrededor de la figura de Charles Manson, el asesino pop por excelencia, y compuesto por unas tres decenas de jóvenes hipnotizados por el discurso mesiánico de su líder, convivían en el rancho Spahn, cerca del Topanga Canyon.
Charles “Tex” Watson, Susan Denise “Sadie “Atkins, Patricia Kren­Winkel, Leslie van Houten, todos miembros destacados de la Familia, siguieron las instrucciones para llegar a la casa ubicada en 10050 Cielo Drive, en California, ex-propiedad del músico Terry Melcher (quién supuestamente había frustrado la carrera musical de Manson), y alquilada en ese entonces por el director Roman Polansky y su esposa Sharon Tate. Los chicos parecían tener una instrucción claramente destructiva y metaprogramada: asesinar a todos los presentes pues el Helter Skelter había comenzado.

Watson y compañía se introdujeron a la propiedad luego de cortar la línea de teléfono, trás matar al chofer de la casa, Watson cortó la ventana y se introdujo a la casa para dejar pasar a los demás. Polanski estaba en Londres, pero su amigo Wojciech Frykowski dormitaba ahí, cuando escuchó un susurro. Al preguntar quién estaba ahí recibió una patada en la cara y escuchó una respuesta: “Soy el diablo, y vengo a hacer mi negocio”.
Por mandato de Watson, Atkins reunió a todos los presentes en la casa dentro de la sala principal. Ahí estaban Sharon Tate, con un embarazo de ocho meses, Jay Sebring (estilista y amante de Sharon en ese momento), y la novia de Frykowski, Abigail Folger. Todos fueron atados de las manos. Las continuas protestas de Sebring, quiés se quejaba estilísticamente del mal trato, provocaron que Watson lo apuñalara en siete ocasiones convirtiéndolo en la primer víctima. El violento ritual comenzaba…

Frykowski logró liberarse de su atadura y corrió para escapar de la escena, Watson con diabólica agilidad lo detuvo golpeándolo varias veces con la pistola, apuñalándolo en repetidas ocasiones y disparándole dos tiros. En medio del caos Folger escapó de la custodia de Kren­Winkel y corrió hacia el jardín, ahí fue interceptada por el mismo Watson y entre los dos miembros penetraron su cuerpo en 28 ocasiones.
Frykowski se arrastraba lentamente a pesar del embate de Watson cuando fue descubierto, recibió una cuantas puñaladas más, para sumar un total de 51, que finalmente terminaron con su vida. La última víctima, la más sexy e importante, permanecía en la sala clamando perdón para salvar a su hijo. En respuesta Tate recibió en todo el cuerpo, incluyendo el vientre, 16 puñaladas.

Los miembros de la Familia escribieron con la sangre de la recién asesinada la palabra “pig” en la puerta principal de la casa y también el término “helter skelter” en los muros de la sala, mismo que daría nombre a una canción de los Beatles, inlcuida en el Album Doble “The White Album”. Tras la sangrienta redacción, abandonaron la escena del crimen, perpetuándose como protagonistas de uno de los capítulos más oscuros de la década de los 60´s.

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