LA OTRA MEDICINA el ayuno segunda parte MIENTRAS APETEZCA

LA OTRA MEDICINA el ayuno
segunda parte MIENTRAS APETEZCA
bymoser

una primera observación antes de continuar
no es lo mismo ayunar q pasar hambre
no es lo mismo ayunar q comer poco
no es ayunar cuando cesa la alimentación de manera involuntaria, forzada

el ayuno ha de ser consciente y voluntario
es entonces q se trata de un proceso curativo, quizás el más potente y “elevado”, al menos, dentro de la esfera física

de lo contrario, no hablaríamos más q de una tortura
una situación de estrés mantenido q conlleva su destrucción 
del mismo modo q si se prolonga mas allá de las reservas

¿Cuál sería la duración adecuada? ¿la máxima saludable?
Depende…
de nuestra voluntad
de cuál sea el estado físico previo
de  los objetivos q busquemos

En principio podemos decir q la fisiología del ayuno recorre un ciclo de aproximadamente 40 días para su total desarrollo, y este, es un periodo q por exagerado q parezca es perfectamente saludable siempre y cuando contemos con las suficientes reservas grasas como medida de seguridad.

Ahora bien, el ayuno es primeramente limpieza, desintoxicación; q se produce a través de la movilización de las toxinas desde los tejidos hacia los diferentes sistemas excretores, previo paso por sangre; así, el proceso conllevara una dureza-malestar proporcional al nivel de impurezas retenidas, así como, la reaparición de viejas patologías o dolencias como paso previo a su curación.

Malestar y dolencias q bajo una actitud responsable son compatibles con el quehacer diario y ordinario; si bien, durante el ayuno, nuestra fuerza máxima puede descender un tanto, lo cierto es q con frecuencia nos sorprenderemos de nuestro aguante; lo fácil q nos reponemos de un esfuerzo; en definitiva, observaremos aumentada nuestra vitalidad.

Una señal indicativa del proceso de depuración q lleva a cabo nuestro organismo será el aspecto de la lengua; durante el ayuno el sistema digestivo; un sistema q en su recorrido inicial es únicamente de asimilación pasa a convertirse por entero en un sistema excretor; gran parte de los deshechos irán decantando al estomago y d ahí ascenderán por la lengua q ira adoptando según los días un aspecto d mayor suciedad; cubriéndose de una espesa capa.

Esta capa, sus cambios, es fiel reflejo del estado del ayuno q no finaliza mientras la lengua no queda limpia; cosa q no ocurre antes de 40 días y q no excede de 50 si se ha cumplido de manera escrupulosa el ayuno; llegado este momento los efectos vivificadores del ayuno, cuasi milagrosos, se hacen absolutamente patentes con la reaparición del apetito y unas enormes ganas de vivir.

No es la pretensión de ayunar 40 días una buena idea, seguramente si antes no se han adoptado otras medidas de higiene física o mental; es necesario hacernos cargo de nuestras posibilidades reales de disciplina y, llegado el caso de sacrificio, con objeto de no cambiar redención por frustración; una dieta más equilibrada, el ejercicio físico, pequeños ayunos con zumos o infusión preparan cuerpo y mente antes de emprender tareas más ambiciosas.

Cuanto más grave es la dolencia q queramos erradicar mayor será el tiempo de ayuno; depende igualmente de donde quede confinada la patología; a q esfera funcional; devolver la funcionalidad biliar aquejada de un cólico puede ser cuestión de días, mientras q, para para lograr efectos significativos y perdurables en lesiones nerviosas o adicciones graves tendremos q superar las 3 semanas; el tratamiento de una diabetes o lo q es lo mismo, la regeneración del páncreas, puede suponer varios ayunos de larga duración.

En cualquier caso, sea cual sea el periodo de abstinencia; la limpieza siempre conllevara una mejora del cuadro; de hecho pequeños ayunos de 3 días por ejemplo, una vez al mes, acompañados del abandono paulatino  de hábitos negativos puede, igualmente, conllevar enormes rendimientos.

En definitiva, el ayuno debe durar mientras apetezca.

Lo fundamental será respetar el proceso de recuperación estrictamente; una adecuada y paulatina vuelta a la comida; la recuperación tras un ayuno es tan importante como el proceso en sí; y de no ser ejecutada correctamente entraña serios riesgos para la salud del practicante; comer chocolate después de 20 días de ayuno, no es solo una estupidez desagradable sino, más bien, un riesgo cierto para la vida.

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