LA ATLÁNTIDA. PARTE 23. LOS TEOSOFISTAS: RUDOLF STEINER.


Perpetrado por Oskarele

Un tipo de especial interés es Rudolf Steiner (1861-1925), un erudito filosofo y pensador, amante y divulgador del misticismo y del ocultismo, que fundó una doctrina filosófica que denominó “Antroposofía”, aunque en sus comienzos bebió de las corrientes teosóficas de Blavatsky y compañía.

Creía fervientemente en las capacidades psíquicas del hombre, aplicando esta idea a su concepción filosófica (consideraba, al igual que Goethe, que el pensamiento es un órgano de percepción equiparable a los demás sentidos.
Del mismo modo que el ojo percibe colores y el oído sonidos, así el pensamiento percibe ideas”), y por este motivo le prestó especial atención al tema que nos trata, los continentes perdidos y los antiguos grupos humanos, que creía, como los teosofistas, tenían esas capacidades psíquicas mucho más desarrolladas que nosotros.

En un principio se intereso por las ciencias técnicas, estudiando matemáticas y física en Viena, a las que luego unió la filosofía, tras el encuentro con un misterioso “maestro”, que le presentó un herborista amigo suyo. Se doctoró en filosofía  en la Universidad de Rostock, en Alemania, con una tesis basada en el concepto del ego de Fichte, que luego fue publicada como “Verdad y ciencia”. Además comenzó a trabajar como revisor y editor de las obras de Goethe, al que admiraba, y en confeccionar unas ediciones completas de Arthur Schopenhauer.

Por aquella época escribió la que se considera su obra filosófica más importante, “Die Philosophie der Freiheit” (La filosofía de la libertad, 1894).

Siempre he admirado a Nietzsche, y es precisamente gracias a este señor que tenemos sus obras menos conocidas: en 1896, la hermana del filósofo, Elisabeth Förster-Nietzsche,  le pidió ayuda para ordenar el archivo de Nietzsche en Naumburg.

En aquella época el filósofo estaba fuera mentalmente, casi en estado catatónico. Steiner llegó a verlo en el asilo, lo que le influyó enormemente, hasta el punto que más tarde le dedicaría una obra, “Friedrich Nietzsche, un luchador contra su época”

En 1899, Steiner se casó con Anna Eunicke, aunque pronto se separaron.


Ese mismo año fue invitado por Conde y la Condesa Brockdorff, para hablar en una reunión de Teósofos sobre Nietzsche. Steiner continuó hablando regularmente a los miembros de la Sociedad Teosófica, convirtiéndose en Secretario General de su recién formada sección alemana en 1902, sin unirse nunca formalmente a la sociedad. Dentro de esta sociedad, Steiner conoció a Marie von Sievers, con quien trabajó, y quien se convirtió en su segunda esposa en 1914.

Su enfoque teosófico fue siempre original y basado en su investigación propia que entroncaba con las enseñanzas espirituales de la tradición esotérica y filosófica occidental. Ésta y otras diferencias llevaron a una ruptura formal en 1912/13, cuando Steiner y la mayoría de los miembros de la sección alemana de la Sociedad Teosófica se separaron para formar un nuevo grupo: la Sociedad Antroposófica, que creció como la espuma.

Entró en la masonería, dirigiendo una logia, “Mystica Aeterna”, perteneciente a la Orden de Memphis Mizraim, entre 1906 y 1914, añadiendo al rito masónico referencias rosacruces.

Sobre 1920 empezó a tener problemas con los nazis (que habían incendiado la sede de la Sociedad Antroposófica, el “Goetheanum” de la que os dejo una imagen aqui abajo), que lo acusaban de traidor a Alemania, entre otras cosas, por su sugerencia de que se concediese la independencia a Silesia Superior, un terreno polaco reclamado por Alemania. Algunos nazis dijeron que era judío, otros, como el propio Hitler, lo acusaron de ser un instrumento de los judíos. Lo cierto es que se mostró en contra del antisemitismo galopante, aunque también en contra del sionismo.



El Putsch de la Cervecería de 1923 en Múnich, hizo que Steiner abandonase su residencia en Berlín, diciendo que si los responsables del golpe fallido llegaban al poder en Alemania, ya no le sería posible entrar en el país;  también alertó contra los desastrosos efectos que tendría para Europa Central que los Nacional Socialistas llegaran al poder… cuánta razón tuvo.

A partir de 1923, mostró signos crecientes de fragilidad y enfermedad, a pesar de lo que siguió viajando y dando conferencias. Murió el 30 de marzo de 1925.

Steiner afirmaba que desde temprana edad tuvo experiencias psíquicas con el mundo espiritual, y aplicó su formación en matemáticas, física y filosofía para canalizarlas y controlarlas. Así llegó a la idea de que mediante entrenamiento y estudio se podían desarrollar esas capacidades, llegando a ser un individuo libre, moral y creativo.

Estas ideas las plasmó en obras como “Teosofía” (1904), donde avanza sus ideas de la constitución del ser humano en cuerpo-alma-espíritu, la reencarnación y la unidad de lo espiritual y lo perceptible por los sentidos; o “Cómo alcanzar el conocimiento de los mundos superiores” (1904/1905), donde describe su concepción de un camino de desarrollo espiritual.

Steiner, en diversas obras, sobre todo en “Ciencia Oculta”, de 1910, parte de la idea, nada novedosa y claramente heredada de la Teosofía, de que la humanidad se remonta a la Atlántida, y esta, a su vez, a Lemuria.



“Anteriormente, hubo un vasto continente en las regiones en que hoy se extiende el Océano Atlántico; ese continente era la antigua “Atlántida”, mientras gran parte de las regiones ahora habitadas por la humanidad europea, asiática y africana, estaba cubierta por el mar. Con el gran cataclismo atlante que se desarrolló en el elemento agua de nuestra Tierra, la faz de ésta cambió por completo.”

También cree en la idea de que antes de Lemuria hubo otras civilizaciones y que la Tierra “es la reincorporación de anteriores estados planetarios, a saber: la antigua Luna, el antiguo Sol y el antiguo Saturno. La Tierra misma, tal como ha progresado en su evolución, ha tenido la misión de agregar, a los tres cuerpos desarrollados durante sus estados planetarios anteriores - el cuerpo físico, sobre Saturno, el cuerpo etéreo, sobre el Sol y el cuerpo astral, sobre la Luna - el Yo, como cuarto vehículo del ser humano. Todo lo que ha precedido a la época de Lemuria, sólo ha sido la preparación de esa misión de la Tierra.”

“Sabemos cuáles fueron los procesos, en todo el universo, que condujeron al hombre a este grado de su madurez evolutiva; sabemos que, al principio de nuestra actual evolución, la Tierra estaba unida con el Sol y la Luna, y que después, en primer término, el Sol se separó, dejando un cuerpo planetario compuesto de nuestra Tierra y nuestra Luna. Pero también sabemos que, si la Tierra hubiera quedado unida con la Luna, todo ser humano que entonces existió como tal, se habría endurecido, momificado; se habría tornado leñoso. Para evitarlo, hubo que arrojar de la Tierra, todo lo que en la Luna había de substancias y entidades.”

“Antes de la época de Lemuria hubo pues un período en que gran parte del planeta quedó despoblada, porque las almas, al querer descender, no encontraron cuerpos apropiados. ¿Qué sucedió entonces con estas almas?”

Los pobladores de la Atlántida emigraron hacia el Este y hacia el Oeste, estableciéndose en los distintos territorios. Así surgieron las civilizaciones que también hemos caracterizado: la cultura de la antigua India, la antigua cultura persa, la egipcio-caldea, la grecorromana y nuestra cultura actual.

En ese camino el ser humano ha sufrido modificaciones: “después de dicha catástrofe, primero se ha desarrollado la antigua cultura india durante la cual el hombre vivía aún más identificado con su cuerpo etéreo y no tan fuertemente unido con su cuerpo físico como más tarde sucedió.”

Hasta llegar a nuestro estadio actual, en el que el materialismo y el mundo físico es lo que impera.

Pero Steiner plantea que en nuestro interior tenemos el “mecanismo” para poder percibir ese mundo espiritual que aseguraba que existía. Y lo tenemos porque lo hemos heredado de nuestros antepasados atlantes. Solo tenemos que activarlo, y a eso se dedicaron sus trabajos en la Sociedad Antroposófica.

Por eso, la idea de la Atlántida, aunque parezca que no, fue esencial en su filosofía.

Mas info y fuentes aquí, aquí, aquí, aquí.

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