ZECHARIA SITCHIN. LIBRO 2º: LA ESCALERA AL CIELO. PARTE 25: EL MONTE PERDIDO. EL MONTE SINAÍ


ByOskarele

En algún lugar de la península del Sinaí, los Nefilim instalaron su espacio-puerto post-diluviano y algunos pocos y escogidos mortales, con las bendiciones de sus dioses, pudieron aproximarse a una determinada montaña. Fue allí que Alejandro, el Magno, recibió la orden del hombre-pájaro que montaba guardia: "Vuelta! Vuelta, pues la tierra en que estás pisando es suelo sagrado!" También fue allí donde los hombres-águila atacaron a Gilgamesh con sus rayos aturdidores. Los sumerios llamaban a esa montaña MA.SHU - el Monte del Supremo Barco. Las leyendas de Alejandro lo llaman el monte Mushas, la montaña de Moisés.


La montaña del Éxodo, el "monte Sinaí", está claramente marcada en los mapas de la región, pues es el más alto entre los grandes macizos de granito del sur de la península. Allí toda la nación de Israel vio a su Señor (Yahveh) resplandeciendo en toda su gloria. Sin embargo, en su época, no fue un lugar de culto. No existe ninguna mención en la Biblia sobre alguien que haya al menos intentado volver, con excepción del profeta Elías: cerca de cuatro siglos después del éxodo, huyó para salvar su vida después de haber matado a los sacerdotes de Baal en el monte Carmelo. Intentando alcanzar el monte, Elías se perdió en el desierto. Fue un ángel del Señor quien lo hizo recobrar la conciencia y lo abrigó en una caverna de la montaña.



Pero en la actualidad si es un centro de peregrinación: allí está el monasterio de Santa Catalina, construido como homenaje a una mártir de Egipto, cuyo cuerpo fue llevado a la montaña por los ángeles. El peregrino, después de pasar la noche en el monasterio, comienza a subir el Gebel Mussa ("monte Moisés", en árabe) inmediatamente al nacer del día (por una escalera de más de 4.000 escalones). Ese es el pico más meridional de un macizo de 3 kilómetros que se eleva al sur del monasterio y se trata del monte Sinaí "tradicional", al cual están asociadas la Teofanía y la entrega de las Tablas de la Ley. Una capilla cristiana y un santuario musulmán, ambos pequeños y de construcción modesta, marcan el lugar donde las Tablas de la Ley fueron entregadas Moisés. Una caverna próxima es venerada como la "hendidura en la roca", donde Dios mandó a Moisés esconderse durante su paso, como es relatado en Éxodo 33:22.



Desde el Monte Catalina, se pueden avistar los otros picos del macizo de granito y, sorprendentemente parece ser más bajo que muchos de sus vecinos. De hecho, para fortalecer la leyenda de Santa Catalina, los monjes fijaran en el monasterio una placa que dice: “ALTITUD 1.527 metros; MONTE MOISÉS 2.305 metros; MONTE STA. CATARINA 2.615 metros”. De esa forma, el visitante es llevado a creer que el monte es realmente el más alto de la península y por eso habría sido escogido por los ángeles para abrigar el cuerpo de la santa.

¿Se habría equivocado Dios de montaña al llevar a la santa?



En 1809, el erudito suizo Johann Ludwig Burckhardt llegó a Oriente Medio. Después de estudiar las costumbres musulmanas y árabes, se vistió con una túnica, se colocó un turbante y asumió un nuevo nombre, pasando a llamarse Ibrahim Ibn Abd Allah (Abraham, el Hijo del Siervo de Alá) -, y así consiguió viajar por áreas hasta entonces prohibidas a los infieles. En esos viajes descubrió, entre otras cosas, los templos egipcios de Abu Simbel y Petra, la ciudad de piedra de los nabateos, en la Transjordania. (Más info de Burckhardt aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Johann_Ludwig_Burckhardt)

Pues bien, En 15 de abril de 1816, Burckhardt partió de Suez, a lomos de un camello, decidido a recorrer la ruta del éxodo y con la intención de establecer la verdadera localización del monte Sinaí. Siguiendo el camino supuesto de los israelitas, viajó rumbo al sur, siguiendo el litoral oeste de la península. Mientras descendía iba anotando la geografía, topografía y distancia de la región, comparando los marcos, condiciones y nombres de los lugares con las descripciones de las varias etapas del éxodo. Después de un largo viaje, acabó alcanzando el monasterio de Santa Catalina por el norte. Subió a los montes Musa y Santa Catalina, y estudió minuciosamente sus alrededores, quedando especialmente fascinado con el monte Umm Shumar - sólo 55 metros más bajo que Santa Catarina -, que se eleva un poco a suroeste del grupo Musa-Santa Catarina. Visto de lejos, su pico brilla al sol "con una blancura increíble", debido a una cantidad enorme de mica en la roca, formando un bello contraste. Examinando los documentos archivados en el monasterio, Burckhardt descubrió que, antes, el monte Umm Shumar era la principal localización de los poblados monásticos.

A su regreso, encontró y escaló una montaña magnífica, el monte Serbal, con 2.074 metros de altitud, uno de los picos más altos de la península, donde encontró restos de santuarios e inscripciones de peregrinos. Después de otras investigaciones adicionales, Burckhardt determinó que el principal centro monástico de la región fue, durante muchos siglos, esa área con su imponente montaña. Cuando publicó sus descubrimientos (“Travels in Syria and the Holy Land”), hubo una conmoción en los medios bíblicos y académicos, pues, según él, el verdadero monte Sinaí no era el monte Musa, sino el Serbal…

Inspirado por las propuestas de Burckhardt, el conde francés León de Laborde viajó por la península sinaítica en 1826 y 1828, dejando unos excelentes mapas y dibujos (en su obra “Commentaire sur L'Exode). (Más info aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Alexandre_de_Laborde). Otro viaje importante por la región fue el realizado por Edward Robinson y Eli Smith, dos americanos. En el monasterio de Santa Catalina, Robinson estudió minuciosamente las leyendas del lugar y descubrió que había existido en Feiran una comunidad monástica superior, a veces liderada por obispos, a la cual este y otros monasterios estaban subordinados. Estudiando las tradiciones árabes, Robinson descubrió también que los nombres bíblicos "Sinaí" y "Horeb" eran totalmente desconocidos para los beduinos y que fueron los monjes los que los aplicaron a ciertas montañas.


La posibilidad de que la antigua tradición que identificaba el monte Musa como el Sinaí de la Biblia podía estar errada, fue encarada como un desafío por el gran egiptólogo y fundador de la arqueología científica, Karl Richard Lepsius (mas info aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Karl_Richard_Lepsius) Este atravesó el golfo de Suez en barco y fue hasta El-Tor ("el toro"), puerto donde los peregrinos cristianos que se dirigían a Musa y Santa Catalina solían desembarcar, ya mucho antes de que los musulmanes transformaran la ciudad en un importante punto de parada y centro de purificación en la ruta entre Egipto y La Meca. Cerca de él se eleva el majestuoso monte Umm Shumar, que Lepsius clasificó como un posible "candidato" al Sinaí, junto con el Musa y el Serbal. Sin embargo, después de extensas investigaciones y muchas andanzas por la región, descartó esa idea y se concentró en los dos últimos.



Lepsius estaba seguro de que los centenares de miles de israelitas del éxodo no podrían haber subsistido en la región montañosa en torno al Monte Musa durante casi un año. El monte Sinaí, enfatizó, tenía que quedar en una llanura desértica, pues en las Escrituras él era llamado monte Horeb, el monte de la Sequedad. Musa quedaba entre otras montañas y el área no era desértica. La llanura costera delante del monte Serbal se ajustaba mejor a esos parámetros: era lo suficientemente grande para acomodar a las multitudes de israelitas que asistieron a la Teofanía y el oasis Feitan adyacente era el único en la región que podría haberlas sostenido, y a su ganado, durante un año. Además, cerca del Serbal encontró las ruinas de un antiguo convento (en su opinión, fue en ese lugar donde la "Gloria de Dios" había descendido delante de los ojos de los israelitas, que asistieron reunidos en la llanura al oeste de la montaña)

El acalorado debate que siguió a la publicación de los libros de Lepsius duró casi un cuarto de siglo y generó largas explicaciones de otros investigadores. En 1868, el gobierno británico se unió con el envío de una gran expedición a la península, cuya misión era hacer un extenso trabajo geodésico y geográfico, además de establecer la ruta del éxodo y la localización exacta del Sinaí. Uno de sus primeros descubrimientos fue que hacía mucho frío en el sur montañoso durante el invierno y que nevaba mucho, haciendo casi imposible el viaje por la zona. Además, los picos más altos, como el Musa y Santa Catarina, permanecían cubiertos de nieve durante varios meses. Sin embargo, en la Biblia no existe ninguna mención a la nieve o a un clima frío. A pesar de que las dudas se mantuvieron, el grupo vetó el Serbal y escogió el Musa como el Sinaí de la Biblia.

En abril de 1860, el “Journal of Sacred Literature” publicó una sugerencia revolucionaria: la montaña sagrada no quedaba en el sur de la península, si no que habría que buscarla en el centro, que tenía el sugerente nombre de “Badiyeth el-Tih”, "el desierto de la caminata" y, según los beduinos locales, era por allá que los hijos de Israel habían vagado.

La búsqueda del monte Sinaí en la región meridional de la península estaba conectada a la noción de una "travesía por el sur" o una "ruta sur" del éxodo, que afirmaba que los hijos de Israel habían atravesado el mar Rojo en lo alto del golfo de Suez y enseguida, encontrándose en la franja litoral al oeste de la península, habían descendido hacia el sur y, a una cierta altura, penetrado en el interior. Se trataba de una tradición antigua y muy enraizada, bastante plausible y respaldada por varias leyendas.

La construcción del canal de Suez (1859-1869), que fue acompañada de una enorme acumulación de datos topográficos, geológicos, climáticos y otros, confirmó la existencia de una hendidura geológica que en eras primitivas unía el mar Mediterráneo con el mar Rojo a través de un canal natural. Por varios motivos esa hendidura se fue encogiendo a lo largo de los milenios, resultando en una sucesión de lagunas pantanosas, como los lagos Menzaleh, Ballah y Timsah, y dos lagos unidos más, el Grande Amargo y el Pequeño Amargo, conocidos por el nombre genérico de lagos Amargos. Y entre medias, varios pasajes naturales usados para el paso desde milenios atrás.

Esto hacia posible una travesía por el norte, que algún autor ya había aventurado y como harían algunos como Rudolf Kittel (Geschichte der Hebrãer), Julius Wellhausen (Israel und Judah) y Anton Jerku (Geschichte des Volkes Israel), que planteaban que el monte Sinaí estaría en el norte de la península. Uno de los argumentos más fuertes de los "nortistas" y que actualmente es aceptado como un hecho por todos los estudiosos, era que Cades-Barnéia, lugar donde los israelitas permanecieron durante la mayor parte de sus cuarenta años en la península, no fue una parada al azar, sino el destino premeditado del éxodo.

Durante La Primera Guerra Mundial (1914-1918), la península del Sinaí se transformó en la arena de un importante conflicto entre los ingleses y los turcos, apoyados por sus aliados alemanes, teniendo como objetivo la posesión del canal de Suez. Como los turcos no podían avanzar por el "camino del mar", al norte, más fácil, debido al mismo y antiguo motivo de que el Mediterráneo estaba siendo controlado por la Marina enemiga, reunieron un rebaño de 20.000 camellos para transportar agua y provisiones, y pusieron sus tropas en marcha para alcanzar el canal por la ruta del interior, por el centro de la península. Con ayuda de los alemanes descubrieron agua subterránea y cavaron una red de pozos a lo largo de sus líneas de comunicación y avance. Fracasaron en el ataque a los ingleses, pero demostraron que la ruta central era la más adecuada y la que, posiblemente, hicieron los judíos.

La larga ocupación de la península del Sinaí por Israel, después de la guerra con Egipto en 1967, abrió la región para estudios e investigaciones a una escala sin precedentes. En la llanura central no se encontraron indicios de residencia permanente, sólo evidencias de campamentos, mostrando que aquella fue siempre una área de simple tráfico.

Para Sitchin, teniendo en cuenta todas sus ideas acerca del viaje del Faraón, la historia de Gilgamesh y el éxodo Bíblico, considera que la ruta fue por el norte fértil y allí solo hay un lugar que reúne todas las condiciones: la llanura céntrica, con un suelo duro y pedregoso que hacía que el área fuese adecuada para el espacio-puerto de los Nefilim. Pero plantea que no hay solo un monte Sinaí, si no dos o más… uno en el que fueron entregadas las Tablas de la Ley y otro en el que Yahveh se apareció a los israelitas. El primero era una elevación solitaria, en una llanura desértica, y el segundo debía ser una combinación de dos montes o una montaña con dos picos, y que tenían una función de orientación para encontrar el espacio puerto de la llanura central.

2 comentarios:

  1. BUENO, favo aclarar loa entendidos, en donde mismo se encuentra actualmente el monte Sinai

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