LA ATLÁNTIDA. PARTE 9. LA EPOCA MODERNA PARTE 2/3: ¿SUECIA? ¿ANDALUCÍA?


Perpetrado por Oskarele

Nuestros tres siguientes autores plantearon localizaciones para la Atlántida bastante diferentes a las que hasta aquella época se estaban proponiendo. Uno propuso Suecia, otro la desembocadura del rio Guadalquivir, al sur de Andalucía, donde también estaba el lugar propuesto por el tercero, la antiquísima ciudad de Cádiz.

Vamos a ver quiénes eran y porque plantearon que en aquellos lugares estuvo la Atlántida...

Curiosamente un español, en 1673, fue el primero en identificar la Atlántida con un país mítico que existió en Andalucía, región del sur de la península ibérica. Allí, en tiempos remotos vivió el desconocido pueblo de Tartessos, cerca de la desembocadura del Rio Guadalquivir, y allí, según un cronista llamado José Pellicer de Ossau, estuvo la Atlántida… algo que, como veremos más adelante, algunos investigadores actuales o recientes han propuesto de nuevo.


José Pellicer de Ossau Salas y Tovar (1602-1679), fue un maño (natural de Zaragoza), historiador, filólogo y poeta. Fue un excelente latinista, y conocía bien el hebreo, el griego clásico, el italiano y el francés. Gozó de gran fama, y en 1629 fue nombrado Cronista de los Reinos de Castilla y en 1637, Cronista de Aragón.

Pues bien, este señor, en 1673, propone que la Atlántida platónica era en realidad la península Ibérica, como antes, en 1592, según él mismo dijo, había propuesto el Padre Juan de Mariana, celebre jesuita de Talavera de la Reina, por primera vez. Pellicer, tras analizar comparativamente los diálogos “Timeo” y “Critias” junto con algunas tradiciones históricas españolas, relacionó el antiguo pueblo de Tartessos con los Atlantes, y  ubicó la capital de la Atlántida en la desembocadura del Guadalquivir, en las Marismas de Hinojos.



Mas adelante hablaremos de estas hipótesis que sitúan la Atlántida en la península ibérica, más concretamente en Andalucía. Ahora continuemos con nuestro repaso historiográfico sobre el tema, que nos lleva ahora al norte de Europa, más concretamente a Suecia, donde un científico, naturalista y escritor llamado Olaus Johannis RudbeckAtland eller Manheim (1630-1702), descubridor entre otras cosas del sistema linfático (1651), escribió una intrigante obra llamada “” (“Atlántica” se llama aquí), un tochazo en cuatro volúmenes y con tres mil páginas, publicado en 1679, en el que sostiene, ni más ni menos, que Escandinavia, y más concretamente Suecia, es la mítica y hundida Atlántida, así como que el sueco es el idioma de Adán… desde el que evolucionaron el latín y el hebreo.


El subtitulo original del título era “Manheim” que significa “casa de la humanidad”. Según Rudbeck, “Atland” significa “La casa del padre” o “la casa de los padres” y plantea que ese era el nombre original de la Atlántida.

Y nos falta el que propuso que la ciudad de Cádiz, la antigua Gadir, fue parte de aquella isla hundida de la que habló Platón… ¿Quién será?.... pues nada más y nada menos que uno de los genios más grandes de todos los tiempos, el filosofo, científico, matemático y ocultista ingles Isaac Newton (1642-1727), descubridor entre otras cosas de la ley de la gravitación universal. Me explico:

Pues bien, en 1728, un año después de su muerte, se publicó una obra de Newton llamada “The Chronology of the Ancient Kingdoms” en el que narra cronológicamente el origen y la historia de varias civilizaciones antiguas, como Grecia, Egipto, el imperio Asirio, Babilonia, El imperio Medo, el Imperio Persa, así como una amplia descripción y análisis del Templo de Salomón. Fue su último trabajo y muchos lo consideran como parte de sus estudios ocultistas.

En esta obra trata de revisar la historia de la humanidad, partiendo de la curiosa idea de que Salomón fue el rey más antiguo del mundo y su templo en Jerusalén el primero construido, siendo todos los demás copias. Los resultados difieren, obviamente, de las dataciones históricas actuales, pero también de los planteamientos de su época.


Y como no podía ser de otra forma, en este repaso newtoniano de la historia de la humanidad no podía faltar la Atlántida, que aparece en varios pasajes de esta obra, siendo la primera mención en una corta crónica que hace, en la introducción titulada “A Short Chronicle from the first Memory of Things in Europe, to the Conquest of Persia by Alexander the Great”, sobre cuando Odiseo (el héroe Homérico) dejó la isla de Ogygia, de la que ya hemos hablado, según Newton, en el 896 a. C., quedando claro que para el físico ingles esta isla y la Atlántida eran en realidad la misma, además de proponer que en realidad se trataba de Cádiz o Cales “(perhaps Cadis or Cales)”,  sin argumentar porque.

En el libro II, “Of the Empire of Egypt”, entre las páginas 228 y 235, hace un amplio análisis sobre  el tema de la Atlántida, aunque, con la misma falta de explicación que antes proponía Cádiz como un posible resto, menciona ahora que era tan grande como Europa, África o Asia, y que estaba hundida bajo el mar. Aquí, de nuevo, propone que Gadir (Cádiz), pertenecía a la Atlántida, además de plantear que Solón fue engañado por aquellos sacerdotes egipcios que le contaron la historia de la mítica isla que fue derrotada por Atenas 9.000 años antes. Según Newton, en realidad pasa hace mucho menos tiempo, además de relacionar todo esto con la historia de los dioses griegos, de los que habla como si hubiesen sido protagonistas reales de sus leyendas.

Mañana hablaremos algo más de esto… que ya va a ser mucho…

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