EL CAMINO HACIA NOSOTROS. LA EDAD DEL HIELO, PARTE 7. EN EL FILO DE LA NAVAJA


Perpetrado por Oskarele

Las eras glaciales más recientes parecen fenómenos llevaderos, al tener una escala mucho menor, comparadas con la época criogénica (que empezó hace 850 millones de años y duró unos doscientos millones), esta de la que hablábamos en el artículo anterior. Pero eso no quiere decir que fuesen poca cosa: fueron realmente grandes comparadas con la configuración actual de nuestro templado planeta.

Después vino una glaciación menor, la “andeana-sahariana” como la denominan los científicos, sucedida hace entre 460 y 430 millones de años, durante el Ordovícico superior y el Silúrico, tuvo intervalos con extensos casquetes polares entre hace 350 y 260 millones de años, durante el Carbonífero y Cisuraliano, relacionados con la glaciación de Karoo.

La glaciación actual empezó hace 40 millones de años con la expansión de una capa de hielo en la Antártida. Se intensificó a finales del Plioceno, hace tres millones de años, con la extensión de capas de hielo en el hemisferio norte, y continuó durante el Pleistoceno. Desde entonces, el mundo ha pasado ciclos de glaciación con el adelanto y retroceso de las capas de hielo durante miles de años.

El periodo glacial más reciente en sentido amplio acabó hace unos diez mil años, por lo que, dependiendo del autor, podríamos aseverar que nos situamos en un periodo interglaciar, aunque otros creen que estamos en una era postglacial.

Durante la última glaciación, por ejemplo, conocida como Würm en Europa y como Wisconsin en América , y que daba fin al Pleistoceno, comenzó hace 100.000 años, terminando hace solo unos 10.000, si es que ha terminado, la capa de hielo “Wisconsiana” cubrió gran parte de Europa y de Norteamérica y llegó a tener más de tres kilómetros de espesor en la parte central y hasta 800 metros en su extremo frontal, avanzando a un ritmo de unos 120 metros por año.

Continentes enteros estaban aplastados bajo el peso de tantísimo hielo y aun hoy en día siguen elevándose en busca de su posición natural, 12.000 años después de que comenzasen a retirarse los glaciares.

Un dato más: durante mucho tiempo se pensó que la transición entre las eras glaciares se producían de forma gradual, a lo largo de centenares de miles de años, pero parece ser que no es así. Gracias a los testigos de hielo de Groenlandia sabemos que la oscilación ha sido más brusca de lo que pensábamos, alternándose periodos de calor y frio brutal.

Hacia el final de la última glaciación, hace unos 12.000 o 10.000 años, la Tierra empezó a calentarse, y con gran rapidez, pero luego volvió a precipitarse bruscamente en el frio, durante otros mil años o así, en un acontecimiento que los fieras denominan “El Joven Dryas” (el nombre se debe a una planta artica que es de las primeras que recolonizan el terreno después de que se retire una capa de hielo. También hubo un periodo “El Dryas mas viejo”, pero no fue tan intenso).


Al final de este periodo, al cabo de un millar de años, las temperaturas medias saltaron de nuevo, hasta 4 grados en veinte años, lo que no parece mucho, pero que equivale a cambiar el clima de Asturias por el de Almeria en solo veinte años. Así que los cambios fueron espectaculares a nivel local, pues en algunos sitios la temperatura media subió hasta 8 grados, modificándose drásticamente el régimen de lluvias, los ciclos de crecimiento de las plantas…
Lo peor de todo es que no tenemos ni zorra idea de a que se debió este cambio tan brusco en el termómetro de la Tierra.

Una teoría bastante plausible es la que propone que el enorme flujo de agua fundida a los mares en el inicio del “Joven Dryas” redujo la salinidad y, por tanto, la densidad del agua marina de los océanos septentrionales, haciendo desviarse la corriente del Golfo de México hacia el sur. Las latitudes septentrionales, privadas del calor de la corriente del Golfo, volvieron a las condiciones de frio. Pero esto no explica porque mil años después, cuando la tierra vuelve a calentarse, la citado corriente no se desvió como antes.

Aquí tenéis mas información de estos extraños acontecimientos.

En vez de eso surge el periodo de calma que aun tenemos, conocido como Holoceno.

Y no tenemos ninguna razón que haga suponer que este periodo de estabilidad vaya a durar mucho mas.

En realidad algunas autoridades en la materia, algo catastrofistas, plantean que nos esperan cosas terribles, sobre todo por culpa del famoso Calentamiento Global, que, paradójicamente puede acabar desencadenando una nueva era glacial: la idea es que un ligero calentamiento aumentaría los índices de evaporación, e incrementaría la cubierta de nubes, lo que provocaría que en la latitudes altas la acumulación de nieve fuese mas persistente.

Pero el clima es un producto de muchos factores y variables, muchas de las cuales las hemos mencionado en estos artículos sobre las edades del hielo. Por eso resulta difícil aventurar como será el clima futuro de nuestro planeta.


Así que también podría pasar lo contrario: que el calentamiento global terminase por descongelar las capas de hielo, elevándose el nivel del mar hasta 60 metros e inundándose todas las ciudades costeras del mundo. A corto plazo se desmoronaría la capa de hielo de la Antártida (en los últimos cincuenta años las aguas que hay en torno a ella se han calentado unos 2 grados y medio y los desmoronamientos han aumentado espectacularmente). Cuando suceda esto, si es que sucede, el nivel del mar podría subir entre 4.5 y 6 metros de media, y además, muy rápidamente.

Vivimos en el filo de una navaja, y la cantidad de mierda que tiramos en el planeta, desde luego, no ayuda.

Pero, por otra parte, hay que decir que los periodos glaciares no son en modo alguno una mala noticia para la Tierra: trituran las piedras dejando atrás suelos enormemente fértiles, forman lagos de agua dulce, mantienen, en definitiva, dinámico al planeta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario