UN TAL DARWIN… PARTE 6. LOS PRINCIPIOS DE LA EVOLUCIÓN

ByOskarele

Ante todo, hay que empezar diciendo que Darwin consideraba que toda la comunidad compuesta por los seres vivos de ayer y de hoy proceden de un antepasado común. Todos procedemos de la evolución de seres anteriores, retrotrayéndose la línea hasta un pasado inalcanzable por nuestro autor, aunque explicado por la ciencia posterior. Para ello se apoyó en evidencias mostradas por la biología, la paleontología y la anatomía comparada.

Esta idea del “transformismo” de las especies, que hoy nos puede parecer obvia, no era para nada aceptada en su época, donde se tendía a creer más bien en el “uniformismo” de la creación o en las “creaciones sucesivas”. Así dice Darwin: “Al considerar el origen de las especies, es totalmente comprensible que un naturalista, reflexionando sobre las afinidades mutuas de los seres orgánicos, sobre sus relaciones embriológicas, su distribución geográfica, sucesión geológica y otros hechos semejantes, llegué a la conclusión de que las especies no han sido creadas independientemente, sino que han descendido, como variedades, de otras especies.” (El origen de las especies, p. 56)

Ahora bien ¿Qué produce esos cambios? Darwin propone varias causas: el cambio en las condiciones de vida, el uso y el desuso de determinados órganos (teoría esta planteada por Lamarck) o los cambios espontáneos que parecen no tener explicación pero que afectan (positiva o negativamente) a los individuos. La selección natural no sería la que crea las variaciones individuales, sino la que permite que, los que, previamente, estén mejor adaptados a las condiciones cambiantes del entorno, sobrevivan con mayor probabilidad. Lo único que hace la selección natural es conservar y acumular variaciones útiles, pero no las crea.

“Si no aparecen éstas, la selección natural no puede hacer nada” (p. 132)

La selección natural, como principal motor de la supervivencia, tiende a fortalecer y a hacer crecer a los grupos grandes: cuando un grupo está mejor adaptado, este rasgo lo hereda su prole, que tiene más fácil la supervivencia, produciéndose un crecimiento exponencial de ese grupo. Pero a la vez, cuanto más grande es el grupo, mas diferencias comienzan a surgir entre las diferentes comunidades del mismo grupo (o especie). Así se establece una relación directa entre grupo mejor adaptado-grupo más amplio-grupo con más variedad.

Estos grupos adaptados y divergentes entre ellos tenderán a suplantar y exterminar las formas precedentes menos divergentes y perfeccionadas. Así se explican dos hechos importantes de las clasificaciones de seres vivos, según dice Darwin: “todos los organismos vivientes y extinguidos están comprendidos en un corto número de grandes órdenes y en un número menor de clases.” (p. 572) y “los descendientes modificados procedentes de un progenitor, quedan separados en grupos subordinados a otros grupos” (p. 553).

“A esta conservación de las diferencias y variaciones individualmente favorables y la destrucción de las que son perjudiciales la he llamado yo selección natural o supervivencia de los más adecuados.” En esta frase se percibe la influencia de la teoría social de Malthus (la lucha por la existencia y por los recursos está íntimamente relacionada con la cantidad de individuos de una nación y los bienes que tienen que repartirse, básicamente), aunque enfocada al mundo animal.

¿Cómo trabaja la selección natural? Muy sencillo: acumulando y conservando las pequeñas modificaciones heredadas que favorecen la supervivencia y adaptación del ser, en un proceso lento y eterno, que da como resultado el perfeccionamiento de las especies. El problema es que estos cambios sutiles y lentos no se aprecian en el registro fósil, donde pasamos de una especie a otra diferente, sin percibir el punto medio.

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