PRISCILIANO. El primer hereje ajusticiado
bymoser

«mujeres que asisten a lecturas de la Biblia en casas de hombres con quienes no tienen parentesco; el ayuno dominical y la ausencia de las iglesias durante la cuaresma; el apartamiento en celdas y retiros en las montañas; andar descalzos (nudis pedibus incedere)».

Pero retrocedamos un poco más; hasta la leyenda; cuenta q a principios del siglo IV llego a las costas andaluzas un eremita egipcio llamado Marcos; a este Marcos, q por otro lado bien pudo tratarse en realidad de un mago alejandrino del siglo primero, se le atribuían conocimientos gnósticos y de artes mágicas. Será a través de discípulos directos del citado según cuentan, q el propio Prisciliano habría recibido buena parte de sus singulares ritos y saberes;

«Prisciliano enseñó que los nombres de los Patriarcas corresponden a las partes del alma, y de modo paralelo, los signos del Zodíaco se corresponden con partes del cuerpo».

La iglesia no sería Católica hasta el año380, cuando se convierte en oficial del Imperio y, en el noroeste peninsular, donde sus ideas se harán comunes, aun le queda un largo camino antes de lograr el monopolio del rito y del dogma, incluso dentro de sí. Prisciliano se define como cristiano y forma parte de esta nueva iglesia; joven y prometedora.

Una vez acaba su formación en Burdeos bajo la tutela del retorico Delphidius, junto con el que funda, ya allí, una comunidad cristiana un tanto heterodoxa, regresa a su Gallaecia natal a impartir su particular corpus ideológico; no demasiado discrepante en la teoría, su sustrato y pretensiones gnósticas, que cuenta con el estudio de los evangelios apócrifos, harán inevitable el conflicto con el catolicismo. Como en el caso del catarismo; la herejía cristiana por excelencia; ambas comparten principios llegados de oriente como el dualismo o el emanantismo.

No será en cualquier caso, el fondo sino las formas; sus ritos y costumbres, las q acarrearan la excomunión y la definitiva perdición; sus proclamas decididas por el celibato o la pobreza, por la separación Iglesia-Estado, la recuperación de normas ascéticas que la Iglesia condena por ser propias de anacoretas, aun mas, su defensa de la libre y personal interpretación de las escrituras, pero sobre todo, sus prácticas de convivencia comunal y religiosa; reuniones que duraban días en las Villae Alianae, propiedad de ricos convertidos y desprendidos, lugares bendecidos por aguas curativas, donde se llevaba a cabo una peculiar eucaristía q prescindía de un edificio consagrado y del pan y el vino sustituyéndolos por leche y uvas; lugares donde, con frecuencia, se establecían comunidades estables; donde se practicaba una vida recogida y de reflexiva laboriosidad y que se convertirían en el germen de la institución monacal en occidente.

En realidad, como siempre, la ruina q conllevan las ideas guarda relación directa con su éxito; y las de Prisciliano alcanzaron gran popularidad; especialmente entre las clases más desfavorecidas; el pueblo vasto y llano; entre las mujeres sin duda, a las que igualaba en práctica y dones con el hombre; entre también, muchos de sus compañeros de Iglesia, sacerdotes e incluso obispos que le guardaron y defendieron; pasando de perseguido a protegido según se sucedían los emperadores en Roma. Finalmente tras huir del Concilio de Burdeos, nuevamente excomulgado, se dirigirá a Tréveris en busca de la gracia del Emperador, ignorante de que allí, sus enemigos tienen ya todo dispuesto para su condena y posterior decapitación bajo cargos de brujería; en el año385; el primer hereje ajusticiado, por un gobierno secular, en nombre de la iglesia católica.

De la importancia histórica del personaje; de la gran difusión de sus ideas; de la división q crearon dentro del incipiente cristianismo, en especial del noroeste peninsular, da buena prueba no solo su ejecución sino también las numerosos pronunciamientos de condena emitidos por la iglesia en vida y hasta mucho después de su muerte; los 8 cánones del Sínodo de Zaragoza, donde sin hacer referencia directa, se condenan practicas claramente priscilianistas, la “Regula fidei contra omnes hereses, máxima contra Priscillianistas” del Papa Inocencio I, o la definición como “lacra priscilianista” la práctica de no cortarse el pelo por parte del clero gallego contenida en el IV Concilio de Toledo, 3 siglos después de su muerte.

Quizás la mejor manera de hacerse una idea de en q medida ha transcendido la figura del hereje, del gnóstico, del monje, del mago Prisciliano allá en el noroeste, en el Camino, en aquella húmeda tierra de brujas; es el rumor histórico según el cual, es el osario del hereje el que guarda la sepultura del apóstol; el latido de un subconsciente popular; de un corazón pagano escondido, quien sabe si atrapado, bajo las piedras de la Iglesia.

Quiero desatar y quiero ser desatado.
Quiero salvar y quiero ser salvado.
Quiero ser engendrado.
Quiero cantar; cantad todos.
Quiero llorar: golpead vuestros pechos.
Quiero adornar y quiero ser adornado.
Soy lámpara para ti, que me ves.
Soy puerta para ti, que llamas a ella.
Tú ves lo que hago. No lo menciones
La palabra engañó a todos, pero yo no fui
completamente engañado.

—Himno a Jesucristo, de fuerte inspiración gnóstica, atribuido a Prisciliano.

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