LE FAUX MYSTÈRE (PARTE 34) UN LOCO BUSCADOR DE TESOROS: HENRI BUTHION COMPRA LA FINCA DEL ABAD

ByOskarele

A diferencia de Corbu, el nuevo comprador de la casa, Henri Buthion, ha comprado la finca teniendo conocimiento pleno de la leyenda del tesoro y con la intención de encontrarlo. Además, al principio de comenzar su actividad se beneficia del impacto producido por la aparición del libro “Le tresor maudit de RLC”, escrito por Gerard de Sede, base de “El enigma sagrado” que se escribirá unos años después.

Se trataba de un hombre de baja estatura, elegante, con un timbre de voz grave y una imaginación desbordante: al final de las visitas guiadas que ofrecía por el pueblo y los antiguos dominios del abad, la mayoría de los visitantes salían partidos de risa, convencidos de haber echado un ratico con un iluminado… aunque algunos le creían como si estuviese hablando el propio Dios.

Procedía de una familia terrateniente en Argelia, con grandes extensiones de olivos y algunas productivas almazaras. Pero cuando este país consigue la independencia la cosa se les complica algo (Por eso la situación económica de Buthion no era demasiado buena). De ahí el especial odio que sentía por el General De Gaulle, a pesar de que era, como él, un ferviente católico, conservador y tradicionalista. Buthion, además, era monárquico, lo que, curiosamente, provocaba una cierta continuidad con nuestro querido abad y con Corbu, que también lo eran.

La mayor parte de su tiempo lo empleaba en sus famosas excavaciones y siempre encontraba algún aliado entre los clientes del hotel, que a cambio, solían irse sin pagar un duro. Algunos, parece ser, aprovecharon esto para instalarse continuamente allí. Estas excavaciones, como os podéis imaginar, se hacían sin orden ni concierto: siempre aparecía algún iluminado que decía saber el sitio exacto, lo señalaba y ahí excavaban. O algún documento indicaba algo… Y de pronto descubrió la radiestesia y durante un tiempo solo se fiaba de su péndulo. Y algo más tarde se volvió loco con los detectores de metales.

Total: dejó la finca de Saunière como un queso de Gruyer. Hizo estallar todas las chimeneas, arrancó los suelos de la Villa Betania, hizo cientos de agujeros y galerías en el jardín… y mientras la vida en el hotel y en el pueblo seguía como si nada. Fue la época dorada de los buscadores de tesoros porque la finca está habitada por el mas enloquecido de todos ellos, que había perdido todo el sentido de la realidad y que, como consecuencia del despilfarro y de no cobrar nada a muchos de sus invitados, cada vez estaba más arruinado.

Una oportunidad buena para pillar pasta fue desaprovechada por Buthion: la televisión iba a rodar una película sobre la vida de Saunière inspirada en la novela “L’or du diable” de Jean Michel Thibaut, con Jean François Balmer en el papel principal. A pesar de las tentadoras ofertas, Buthion se negó a que los equipos de filmación rodaran en la finca o en la villa, con la excusa de que en el guion había escenas incomodas que atentaban contra su pudor. El ayuntamiento, además, se opuso a que entrara una sola cámara en la iglesia o en el pueblo.

Así que el rodaje se desplazó a un pueblo cercano a Montpellier, dejando bastante dinero allí. La película se transmitió en cuatro episodios semanales, teniendo una gran acogida, y provocando una avalancha de turistas y visitantes en RLC, que, decepcionados, encontraron un lugar muy diferente al que mostraba la cinta.

Esto provocó que algunos se movilizasen en el pueblo para atender como Dios manda a los visitantes: se instaló un museo en la casa parroquial con los fondos de Claire Corbu y Antoine Captier correspondientes a la herencia del abad, mientras Buthion seguía atrincherado en su finca.

Y, quizá por el destino, quizá por sus propios errores, el final del gran buscador Henri Buthion fue muy triste: acabó completamente solo en la finca, negándose a venderla a pesar de estar arruinado… hasta que en 1993 cedió ante la oferta de dos extranjeros, Bert Gerards, un empresario americano y Bob Kroon, periodista de origen holandés. ¿Por qué aceptó esta oferta? Posiblemente porque estaba acabado: la finca estaba a punto de ser embargada.

Como una última exhalación introdujo una clausula en el contrato de compra-venta: si encontraban el tesoro los nuevos propietarios le correspondería a él un diez por ciento de su valor…

Después, el bueno de Buthion se traslado a otro Rennes, este situado en la Bretaña, donde, arruinado, vivió miserablemente en una pequeña pensión de familia hasta que palmó en 1999.

1 comentario:

  1. Segun Agustí Andreu i André Malby, confesaron en los programas de Andreas Faber Kaiser sobre Rennes Le Chateau, que el Buithon fue en una ocasión acribillado a balazos en su coche, saliendo indemne de milagro.

    ResponderEliminar