EL GENIAL CINE MUDO NORDICO: EL CINE DANÉS 2/2. CARL THEODOR DREYER.

ByOskarele

El otro gran director es Carl Theodor Dreyer (1889-1968), considerado como el cineasta más genial del cine danés y como uno de los más grandes de la historia del cine mundial, autor de obras geniales e impagables como “La pasión de Juana de Arco”, “Vampyr” u “Ordet. La palabra”. Vamos a ver un poquico su historia y su obra.

Tuvo nuestro protagonista una infancia jodía: su madre, Josephine Nilsson, se quedó embarazada de su jefe, un granjero, que no lo admitió como hijo y que repudió a la madre. Esta, pobre y desamparada, decide entregarlo en adopción, siendo acogido el joven Carl por la familia Dreyer en 1891, familia de fuertes convicciones luteranas, hecho este que marcaria mucho la severidad de sus filmes, ya que tuvo una educación estricta, religiosa y ortodoxa, y quizá por eso en sus películas se interesará por la brujería, el misticismo y las religiones.

De joven, Dreyer trabajó como periodista, y quizá encontró su vocación escribiendo los intertitulos de varias películas mudas y posteriormente escribiendo guiones. Su debut como director tuvo un éxito limitado. En 1919, con tan solo 20 años, dirige su primera película, “Praesidenten” (Presidente), donde quedarán claras sus constantes hasta su último film: la abstracción de formas, el sentimiento de culpa de la mujer y los personajes atormentados por sus dudas sobre el amor y la religión.

En “Blade af Satans bog”, (Paginas del libro de Satanás), de 1920, estructurada en 4 episodios, se muestra a cuatro personajes (un fariseo, un jacobino, un inquisidor y un monje ruso) que van sembrando el mal en la tierra.

“Mikáel” (Deseo del corazón, 1924) y “Glomdalsbruden” (La novia de Gomdal, 1925) son sus siguientes obras destacadas. Luego vendrá la acongojante “El amo de la casa”, también de 1925, una película basada en la frustración que acarrea la vida cotidiana moderna. El éxito de estas películas le permitirá ser conocido en diversos países europeos, hasta el punto de que desde Francia se le ofreció rodar su obra maestra sobre la heroína nacional.

“La Passion de Jeanne d'Arc” (La pasión de Juana de Arco), de 1928, es posiblemente su obra más reconocida y apreciada, presente en casi todos los listados de las mejores películas de la historia del cine. Está basada en las actas del proceso que se llevó contra la famosa heroína francesa, aunque Dreyer aporta un interesante análisis psicológico del tema. Aparte, estéticamente, introduce muchas novedades: los actores aparecen sin maquillar, hay muchísimos primeros planos, muy poca escenografía… haciendo todo esto de la obra una cosa muy simple y estilizada, pero con una calidad extrema, que desde un primer momento fue reconocida por todos los críticos.

En 1932 rueda su primera película sonora, “Vampyr”, para mí su mejor película, pues se trata de una película de terror impresionantemente bella. Hitchcock, el genial cineasta ingles dijo en una ocasión “’‘Vampyr’ es la única película que merece ser vista varias veces”… y si lo dice Hitch será por algo. Y es que, ciertamente, esta película de vampiros es una gozada de hora y media. Un deleite para la vista y la mente. Claro que la peli fue un fracaso de tal calibre que no pudo hacer nada en los siguientes diez años.

“ Vampyr" está basada libremente en los relatos ‘Carmilla’ y ‘La posada del dragón volante’ de Sheridan Le Fanu. El primero también sirvió de inspiración a Bram Stoker para hacer el archiconocido “Drácula”, de la que Tod Browning acababa de hacer una increíble versión de la que posteriormente hablaremos, y que también había servido de inspiración para el “Nosferatu” de F.W. Murnau.

Un punto muy interesante de esta obra es que Dreyer analiza hasta qué punto el terror se crea más bien en la mente de cada uno, más que por los acontecimientos que tienen lugar en torno a cada cual. El propio director puso este ejemplo: si varias personas se encuentran en una habitación y al pasar un rato reciben la información de que hay un cadáver detrás de la puerta todo cambiará de repente, en el escenario nada ha cambiado, la luz sigue siendo la misma, ningún elemento ha mutado; sin embargo la mente lo percibe todo de forma distinta y ésta es capaz de crear un mundo distinto que es el que se sentirá. Esto, precisamente, es lo que transmite esta maravillosa película.

Posteriormente su filmografía iría avanzando a un ritmo bastante lento. La siguiente película tras “Vampyr” fue “Dies Irae”, de 1943, que cuenta la tragedia de una mujer (Lisbeth Movin, en una increíble interpretación) casada con un religioso en la Dinamarca del XVII y acusada de brujería de forma injusta. El estilo Dreyer ya está plenamente definido: planos secuencia lentos y larguísimos, actores declinando textos como en un limbo permanente, la cámara moviéndose sutilmente… Y mucha tristeza y dolor.

Tras algunas películas mediocres, como “Tva människor” (Dos seres, 1944) o “Storstromsbroen” (El puente de Storstrom, 1950), realiza sus dos últimas películas, con diez años de diferencia: “Ordet” (La palabra, 1955), que con los años se ha convertido en su película más reconocida, más que nada por un final en el que una madre muerta en un parto, es resucitada por un milagro divino, en un hipnótico y embriagador momento increíblemente emotivo “Ordet” habla de la religión, pero puede ser visto por el ateo más militante, porque para Dreyer, la religión es amor, tolerancia y fe en el mismo hombre.


Y diez años más tarde, en 1965, ya viejecico crea “Gertrud”, su película más depurada, donde deja llevar su estilo y sus obsesiones a las máximas expresiones. Sólo 88 planos, actores alejados de cualquier atisbo de realismo, inmersos en sus dramas. Planos secuencia de casi diez minutos cuya emoción nos deja sin habla. Y otro final para la historia, con la protagonista Gertrud, una mujer ya anciana que ha preferido vivir sola antes que aceptar una vida compartida con un amor a medias, afirmando que no se arrepiente de no terminar sus días con un hombre a su lado, porque ella sólo ha buscado el amor total, un objetivo que no ha conseguido, pero que ha dado sentido a su vida.

Se trata de una película impresionantemente moderna (88 planos ¡!), mas si sabemos que fue realizada por un señor de 75 años.

Mas info y fuentes aquí: http://www.filmaffinity.com/es/film112502.html, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Carl_Theodor_Dreyer, aquí: http://www.imdb.com/name/nm0003433/ y aquí: http://www.epdlp.com/director.php?id=760.




1 comentario:

  1. Excelente, me encanta el cine de Dreyer excepto sus obras menores y la tan alabada Gertrud, que mi cinismo sólo puede mirar con desprecio condescendiente.

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