ZECHARIA SITCHIN, EL 12° PLANETA, PARTE 15. ENUMA ELISH (LA EPOPEYA DE LA CREACIÓN). EL VERDADERO GÉNESIS. PARTE 1 INTRODUCCION



ByOskarele

Entre los textos descubiertos por Henry Layard en las ruinas de la biblioteca de Assurbanipal en Nínive, había uno que hacía un relato de la Creación no muy diferente del Libro del Génesis. Las tablillas rotas, las primeras que consiguió recomponer y publicar George Smith en 1876 (The Chaldean Génesis), demostraban concluyentemente que sí que había existido un texto acadio, escrito en el antiguo dialecto babilonio, que relataba cómo cierta deidad había creado el Cielo y la Tierra, y todo sobre la Tierra, incluido el Hombre. Aquel dios hizo su obra si no en seis días, como el Dios de la Biblia, si en lo que ocupan seis tablillas.

Ese texto es conocido en la actualidad como "La Epopeya de la Creación", aunque en la antigüedad se le conocía por las palabras con las que comienza, "Enuma Elish" («Cuando en las alturas»).

Enuma elish la nabu shamamu (Cuando, en las alturas, el Cielo no había recibido nombre)
Shaplitu ammatum shunta la zakrat (Y abajo, el suelo firme [la Tierra] no había sido llamado)

Según la epopeya sumeria, en aquel momento dos cuerpos celestes primigenios dieron a luz una serie de dioses celestes, que fueron en número, haciendo mucho ruido y causando conmoción y molestias al padre primigenio. Dispuesto a tomar medidas contra sus molestos hijos, antes de poder hacer nada, sus vástagos se confabularon contra él y le robaron sus poderes creadores. El dios que inició la revuelta contra su padre invitó a su joven hijo a unirse a la asamblea de dioses con la intención de darle la supremacía, para que fuera a combatir contra la madre primigenia que se había convertido en un monstruo.

Este hijo obtuvo la supremacía y venció a su abuela, rompiéndola en dos tras un duro combate: con una parte de ella hizo el cielo y con otra la Tierra. Este dios triunfante se llamaba MARDUK, que nada mas triunfar asignó a cada dios su posición permanente y, en la Tierra, creó las montañas, los mares y las plantas, y al hombre. Y finalmente fue proclamado deidad suprema.

Este texto, con el tiempo se comprobó que no era una simple obra literaria, sino que se trataba de un relato sagrado de Babilonia que se leía y representaba durante los rituales de Año Nuevo, propagando la supremacía de MARDUK (dios nacional de Babilonia), ya que esta versión no es más que una adulteración de una obra anterior sumeria en la que los héroes son otros.

Sitchin nos propone tomarnos literalmente este relato, como una relación de hechos cosmológicos transmitidos por los Nefilim a los sumerios.

Si activamos el modo "imaginación" vemos de pronto que este relato narra la formación de nuestro sistema solar, como veremos en los proximos capitulos.

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