ASOCIACIONES DE CELULAS, PARTE 3. ROBERT HOOKE, EL HOMBRE QUE DESCUBRIÓ A LAS CELULAS


ByOskarele

La historia de la biología celular ha estado ligada al desarrollo tecnológico que pudiera sustentar su estudio. De este modo, el primer acercamiento a su morfología se inicia con la popularización del microscopios  rudimentarios de lentes compuestas en el siglo XVII, se suplementa con diversas técnicas histológicas para microscopía óptica en los siglos XIX y XX y alcanza un mayor nivel resolutivo mediante los estudios de microscopía electrónica, de fluorescencia y confocal, entre otros, ya en el siglo XX. El desarrollo de herramientas moleculares, basadas en el manejo de ácidos nucleídos y enzimas permitió un análisis más exhaustivo a lo largo del siglo XX.


La primera persona que describió una célula fue un tal Robert Hooke, científico ingles, uno de los más importantes de la historia con un genio creativo de primer orden, con intereses tan dispares como la biología, la medicina, la cronometría, la física  planetaria, la mecánica de sólidos deformables, la microscopía, la náutica y la arquitectura. Además participó en la creación de la primera sociedad científica de la historia, la Royal Society de Londres. Sus polémicas con Newton acerca de la paternidad de la ley de la gravitación universal han pasado a formar parte de la historia de la ciencia: parece ser que Hooke era muy prolífico en ideas originales que luego rara vez desarrollaba. Pese al prestigio que alcanzó en el ámbito de la ciencia, sus restos yacen en una tumba desconocida, en algún punto del norte de Londres. 

Hooke realizó muchos inventos y descubrimientos, pero fue admirado especialmente por su popular libo "Micrografía" o "Algunas descripciones fisiológicas de los cuerpos diminutos realizadas mediante cristales de aumento", publicado en 1665. Con esta obra reveló a un público fascinado  un universo de lo muy pequeño, que era mucho más diverso y estaba mucho más poblado y delicadamente estructurado de  lo que se había podido pensar en aquella época. Este libro contiene por primera vez la palabra célula  y en él se apunta una explicación plausible acerca de los fósiles.



Hooke descubrió las células observando en el microscopio una laminilla de corcho, dándose cuenta que estaba formada por pequeñas cavidades poliédricas que recordaban a las celdillas de un panal de abejas. Por ello cada cavidad se llamó célula. No supo demostrar lo que estas celdillas significaban como constituyentes de los seres vivos. Lo que estaba observando eran células vegetales muertas con su característica forma poligonal. Calculó que en una pulgada cuadrada de corcho había 1.259.712.000 de aquellas pequeñas cámaras. Los microscopios no llevaban demasiado tiempo circulando por ahí, pero los de Hooke destacaron por su enorme superioridad técnica, llegando a ampliar los objetos hasta treinta veces.

Pero solo unos cuantos años después se produjo una enorme conmoción entre Hooke y los miembros de la Royal Society cuando empezaron a recibir noticias y dibujos de un iletrado comerciante de paños de la ciudad holandesa de Delft, que decía conseguir ampliaciones de hasta 275 veces. Asombroso.

El pañero se llamaba Antoni Van Leeuwenhoek.

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