CONFESIONES DE UN CINEFILO DELINCUENTE (O APOLOGIA DE LA PIRATERIA)


ByOskarele

Recuerdo cuando empecé a coleccionar películas: tenía 11 o 12 años, es decir, un par de décadas atrás, y entró en mi casa el primer reproductor y grabador de VHS. Me pareció increíble: ¡¡¡¡podía grabar las pelis de la tele!!!! Así comencé a prestar atención a los horarios de emisión de las pelis, empecé a comprarme revistas de cine, me empecé a interesar por los clásicos, por las novedades, por los cines de otros países. Y comencé a comprar películas. Y a grabarlas de la televisión.

El incremento de mis conocimientos sobre el cine y su  historia, fue paralelo al volumen de mi colección de cintas VHS. Así que decidí comprarme otro video y grabar las pelis que se hubiesen comprado amigos o conocidos, incluso llegar a copiar alguna vez una de un videoclub, siendo consciente que estaba prohibido, pero es que la tentación era enorme.

Aquí fue donde empezó mi carrera criminal, gracias sobre todo a la tecnología: un buen día surgió el DVD, la tecnología digital, y todo cambió. Por un lado ofrecía una calidad bestial respecto al VHS, pero es que además ocupaba menos espacio, era más resistente y duradero (supuestamente), y sobre todo, aunque eso lo descubrí algo más tarde, el formato digital permitía hacer una copia idéntica al original.

Y en estas que hace casi una década me enteré de que, gracias a aquella incipiente tecnología (por lo menos para mí, y para la gran mayoría de españoles de aquellos tiempos) que llamaban Internet, se podían descargar películas ripeadas de DVD, comprimidas en un formato llamado DIVX que mantenía una calidad decente un mucho menos espacio, haciendo que no fuese una labor eterna descargarse una peli. Internet me ofreció la posibilidad de conseguir joyas y películas desconocidas, pude completar filmografías completas de mis directores favoritos, pude conseguir todas aquellas pelis que vi de pequeño en televisión y que ni siquiera recordaba cómo se llamaban...
Pero resulta que es ilegal.

Resulta que todo el dinero que llevo gastado en mi vida, primero comprando VHS, luego comprando DVD, y además todo el que he gastado yendo al cine, alquilando pelis, comprando bandas sonoras... todo este dinero gastado no compensa porque decida descargarme películas de internet.

Soy un delincuente, un cinéfilo delincuente.

Mi primer argumento,  típico como pocos, seria "es que ya ganan bastante las multinacionales, por unos cuantos millones de pérdidas no pasa nada", y la verdad es que tiene bastante de verdad. Pero hay uno mucho más importante: si queremos que el cine se considere arte debe ser gratuito. Alguien podría responder: "pues anda que no valen caros los cuadros, anda que no se mueven fortunas en el mundo del arte". Pero no es eso: yo puedo acceder a reproducciones e imágenes de casi todas las obras pictóricas de la humanidad, pero, lógicamente no tendré nunca el original: pero da igual, puedo valorar la obra, e incluso almacenarla para sus sucesivas degustaciones. Y siempre he pensado que con el cine debería ser igual.

La tecnología actual, la simbiosis MP3-JPG-DIVX-Internet, ha permitido que toda la herencia cultural de la humanidad, tanto obras de arte, como música y cine sea accesible a todo aquel que tenga un modesto ordenador y conexión a banda ancha. ¿En qué momento de la historia del ser humano hemos tenido al alcance tanta información y conocimientos? Desde la más remota antigüedad los conocimientos estaban reservados a unos cuantos, casi siempre los que mandaban, y estos mismos eran los que disponían y entendían el arte, los que escuchaban las sinfonías de Beethoven, los que se maravillaban ante las obras de Da Vinci, no eran campesinos, ni currantes, ni por supuesto madres al cargo de su casa, no; los que poseían y mantenían secuestrada la cultura, para su uso y disfrute, para mantener al populacho en la cárcel de la ignorancia, eran ELLOS, los de siempre, los poderosos...

Pero la revolución cultural y tecnológica del siglo XX ha acabado con esto, o mejor dicho casi lo han hecho. Y especialmente en estos últimos años, en la Internet-era, han perdido su control sobre el conocimiento y la cultura; y han montado en cólera, tomando diferentes caminos para volver a tomar lo que consideran que es suyo. Primero han destrozado el derecho básico de la presunción de inocencia, considerando que todos los usuarios de CD, DVD, discos duros, memorias... son delincuentes en potencia, como yo, son ladrones a la espera de una viejecita a la que robarle el bolso. Y por ello aplican un impuesto especial para compensar las supuestas pérdidas que están teniendo, el dichoso canon.

Y ahora quieren criminalizar al que se descargue cosas por internet.

Y es cierto que no es lo mejor para que la industria del cine prospere, pero una par de pruebas demostraran que esas supuestas pérdidas que dicen son falsas: En primer lugar hoy se recauda en cines millones de dólares más que hace unos años (hoy en día cualquier película mediocre recauda 100 millones de euros en dos fines de semana) y eso demuestra que la gente sigue queriendo ir al cine, a pesar de la cantidad de medios alternativos para ver una película (ya sea DVD, televisión, top manta…), y eso es porque se considera un acto social, como el ir de cañas o ir de compras.

Por otro lado las supuestas pérdidas que dicen tener no son ciertas: no pierden dinero invertido por culpa de las descargas ilegales, en todo caso dejan de ganar algo de beneficio, y seguro que tampoco es mucho. La gente sigue prefiriendo ver una peli en el cine, con calidad suprema y sonido envolvente antes que una copia chunga grabada en un cine de Rusia, con cabezas y risas incluidas.

Además, es cierto que el tráfico de screeners, cams, telesyncs y basuras por el estilo si hacen cierto daño, y es una guarrada. No me refiero a eso, si no a las copias de películas ya editadas en DVD, películas que no todo el que se la descarga hubiese comprado. Por ejemplo, me acabo de descargar la peli Vampyr, de Carl Theodor Dreyer, de 1932. Me la he descargado porque aun está muy cara la edición en DVD, pero en cuanto pueda me la compro. ¿Creéis acaso que todo el que se la descargue tiene intención de comprarla? ¿Afectará mi descarga al devenir económico de esta película? ¿Se hundirá su productora por eso? No creo.

Además las grandes compañías obtienen beneficios enormes, no solo con la proyección de sus pelis en cine, sino que también logran, y a veces muchos más de lo recaudado en salas, mucho dinero con la venta de DVDs, juegos, merchandising, derechos para televisión, descargas legales… y precisamente las películas susceptibles a todas estas diferentes formas de ganar pasta son precisamente las mas descargadas, con lo que las supuestas pérdidas son aun mas relativas. Y encima hacen pirulas comerciales como vender una peli de estreno en DVD a 20 eurazos, y 8 meses después venderla a 6.95, una diferencia de 13 euros, que fue beneficio puro generado por los compradores de la primera edición.

Pero todo esto no justifica nada, la ley sigue siendo la ley, a la defensa del más fuerte, del aliado del poder, y esto nos hace delincuentes, quebrantadores de la ley… pero ¿Cuántos somos? La verdad es que no lo sé, pero creo que muchos, millones me temo.

¿Qué van a hacer con nosotros?

¿Un enorme Guantánamo sin internet ni ordenadores?

¿Nos torturaran en plan “La naranja mecánica” para que rectifiquemos nuestra torcida y peligrosa conducta?

Y surgen otras cuestiones sin respuesta como ¿Por qué las proveedoras de internet ofrecen anchos de banda enormes, solamente necesarios para descargar cantidades ingentes de gigas, ya que para ver cuatro páginas con una conexión normal sería suficiente?

4 comentarios:

  1. PARA PODERTE CRIMINALIZAR DESPUÉS; esto es :PAGAR. SUCEDE LO MISMO CON LOS AUTOMOVILES, EL ALCOHOL, EL TABACO, ETC.

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  2. Exactamente. Aqui en España ya pagamos un canon que, en teoria, sirve para compensar el daño que le "hacemos" a la industria. Lo que no puede ser es que luego este criminalizado el tema. SALUDOS

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  3. Me identifico totalmente. Gracias a internet he conocido joyas del cine y el audio que nunca jamás se me habrían cruzado por el camino. Y me llevó a comprar unos cuantos cds. A la industria decirle que aquellos que no comprarían jamás una película o cd no lo harán tampoco si no pueden bajarla de internet, prescinden de ello y listo. Y la industria se pierde la oportunidad gloriosa de llegar con todo lo existente a la casa de cada uno. Que modifiquen su estrategia y dejen de tratar de delincuente al que copia una serie de 0 y 1 con su pc, no es justo, para aplicarnos las penas como que alguien entrara al saqueo a un negocio de dvds o audio. Además no pueden contra la técnica.

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