LA CUEVA DEL REY CINTOLO

ByOskarele

De entre las 15 cavidades que conforman el macizo calizo de Mondoñedo, en la localidad de Supena, Lugo (España), La cueva del  Rey Cintolo destaca por tratarse de la cavidad cárstica más larga a través de más de 7 kilómetros de galerías.

Los siglos, la tierra y el agua fueron suficientes para trazar todo un conjunto de salas, pequeñas ventanas, incontables recovecos, ríos subterráneos o charcos de piedra que se cierran sobre sí mismos haciéndose llamar gours. De tacto rugoso y frío, Rey Cintolo se presenta caprichoso e incontrolable.. Pero lo cierto es que aun así, esta cueva no dejará de sorprender al visitante con un sinfín de maravillas. Por ejemplo, el color bronce del azufre en sus paredes, acercándonos a la mente la imagen de una constelación.

En las primeras exploraciones que se realizaron en la cueva (hechas por el historiador y arqueólogo José Villa-Amil y Castro, nacido en Mondoñedo, a quien se le considera como el verdadero descubridor de esta cueva. De sus incursiones dejó testimonio escrito en el libro "Antigüedades prehistóricas y célticas de Galicia" (Lugo, 1873), en el que se incluye un croquis bastante preciso de la Galería Principal), se hallaron fósiles humanos, a pesar de no encontrar constancia por ninguna parte, de que estuviera habitada dicha cueva en la época prehistórica. Pero si misteriosa parece esta cueva, más misteriosas son las leyendas que rondan a tan enigmático lugar. Y que aquí os cuento una de ellas:

Antes de que existiera Mondoñedo, cerca de allí existía una zona, que se la conocía como Bría, y en un hermoso castillo gobernaba el Rey Cintolo, poseedor de grandes riquezas. Este rey, tenía un hermosa hija llamada Manfada, con la cual, todos los príncipes y grandes señores, se querían casar. Un día, llegó al lugar un joven conde, el Conde de Hollvrudet, al cual todos alababan y que con su amabilidad, encandiló al rey y a su hermosa hija.  Pero pasados unos días, llegó un nuevo cortejo, cuyo jefe era un hombre cruel, que traía un mensaje para el rey, en el cual se le exigía la mano de su hija para el Rey Tuba de Oretón. Este hombre quería ser atendido inmediatamente, y de no ser así, tomaría el castillo y se llevaría a la princesa.

Ante esta amenaza, el Conde de Hollvrudet, retó al Rey Tuba a un combate. Pero el Rey Tuba sabiéndo la fuerza que tenía el joven conde, sabía que se encontraba en inferiores condiciones. Así que, como el Rey Tuba era brujo, se reunió con sus consejeros que también lo eran, y juntos prepararon un gran ritual para vengarse de Cintolo.

A los pocos minutos, un gran estruendo, causado por un gran trueno, derrumbó la ciudad, sepultando a todos sus habitantes. El conde Hollvrudet, que se encontraba velando las armas, salió ileso y fue en busca del Rey Tuba, al cual atravesó con su espada. El conde al intentar regresar al castillo, comprobó que en su lugar había un enorme agujero, por el cual entró en busca de su amada. Pero tanto ella como el castillo y como los habitantes de Bría, habían desaparecido, y no se volvió a saber nada más de su paradero

Desde entonces, la gente dice que en la cueva todavía está la princesa, la cual no puede escapar por estar vigilada por algún brujo del Rey Tuba, y que este, solo la deja salir unos minutos todas las noches a las doce, minutos, que ella aprovecha para buscar a su amado por los alrededores. También se dice, que si uno pasa a esas horas por este misterioso lugar, podrá verla, pero debe estar atento de no ser visto por el brujo, pues si este ve a otra persona rondando por allí, la capturará, y la hará prisionera en la cueva.

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