EL PLANETA BACTERIA, PARTE 4. PERO TAMBIEN NOS HACEN ENFERMAR…


ByOskarele

¿Qué posible satisfacción puede encontrar un microbio en ponernos enfermos y hacernos pasarlo mal? ¿Les divierte ver como tenemos fiebre, nos quejamos, sudamos, sufrimos y, si la cosa va mal, incluso morimos?

Antes de nada tienes que tener en cuenta que casi todos los microorganismos son neutrales, sino son buenos, para tu bienestar. El organismo mas chungo e infeccioso de la Tierra, una bacteria llamada Wolbachia, no te hará absolutamente nada. A no ser que seas una gamba, un gusano o una mosca… entonces desearías no haber nacido.

Solo uno de cada mil microbios es patógeno. Pero ya es bastante: son el asesino de humanos numero tres. Pero es que hay muchos que no nos matan, pero nos joden bastante. Hacer que un anfitrión, como tú y como yo, se sienta mal tiene ciertos beneficios para el microbio. El vomito, el estornudo y la diarrea son métodos excelentes para propagarse. Pero también usan vehículos, como, por ejemplo, los mosquitos.

Muchas de las enfermedades de grado A (malaria, fiebre amarilla, dengue, encefalitis…) empiezan con una picadura de mosquito y con un torrente de microbios malísimos entrando en tu sangre. Es una casualidad afortunada que el VIH (el virus del SIDA) no figure entre los seres que emplean mosquitos. Por lo menos por ahora…

Pero tienes que tener en cuenta una cosa: los microorganismos no son seres calculadores y racionales. A ellos no les preocupa que enfermes más de lo que a ti te preocupa matarlos a millones cuando te duchas. Tu bienestar les preocupa solo cuando no han podido asegurar su mudanza a otro anfitrión. Si no lo logran, mueren contigo.

La eficacia excesiva matándonos no es una buena cualidad para los organismos infecciosos.

Muchas enfermedades surgen no por lo que el organismo infeccioso te ha hecho a ti, sino por lo que tu organismo hace que cargárselo. Tu sistema inmune, si eres humano claro, en un intento de librarte de estos indeseados huéspedes, destruye en ocasiones células o daña tejidos. Y la fiebre es uno de sus métodos.

Tu cuerpo tiene un montón de variedades diferentes de agentes defensivos, llamados Leucocitos, unos diez millones de tipos en total, diseñado cada uno de ellos para identificar y destruir un tipo determinado de invasor. Seria ineficaz mantener diez millones de ejércitos diferentes, así que cada variedad tiene solo unos cuantos agentes, que, cuanto identifican un ataque, piden rápidamente refuerzos. El tiempo que tardan en llegar estos es el tiempo que estas malo. La recuperación se inicia cuando las tropas entran en acción.

Los leucocitos son implacables y despiadados con el enemigo invasor microbiano. Estos, para evitar la extinción, han ideado dos estrategias básicas: o atacan rápidamente y se trasladan a un nuevo anfitrión (como hace la gripe) o se disfrazan para que los leucocitos no los reconozcan (como el VIH).

Es curioso como organismos que normalmente no hacen ningún daño, se vuelven locos en determinadas partes del cuerpo. Por ejemplo en los accidentes de tráfico suele pasar que, cuando la gente tiene lesiones internas, microbios que son benignos en el intestino entran en otras partes del cuerpo y organizan un desastre terrible.

El trastorno bacteriano mas chungo y mas incontrolable que conocemos en una enfermedad llamada Fascitis Necrotizante, en la que las bacterias se comen literalmente a la víctima, desde dentro hacia fuera. El único tratamiento es lo que se conoce como “cirugía extirpatoria radical”, es decir, extraer en su totalidad la zona infectada. Fallecen el 70% de las víctimas. Lo produce un Streptococo del grupo A, que, normalmente, provoca una leve inflamación de garganta. Pero por razones que conocemos, a veces atraviesan las paredes de la garganta y organizan un caos devastador. Son, además, completamente inmunes a los antibióticos.

Lo mismo pasa con la Meningitis bacteriana, terrible enfermedad de la que, curiosamente, un 10% de los adultos jóvenes y hasta el 30% de adolescentes, porta la mortífera bacteria meningococica, que vive en la garganta tranquilamente sin hacer daño. Solo de vez en cuando entra en el torrente sanguíneo y la lia.

En los casos mas chungos puede matar en doce horas.

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