LA CONDESA BATHORY, 1/2




En la Hungría del Siglo XVI encontramos uno de los personajes más abominables y sádicos de la historia, la enigmática y cruel contrapartida de Gilles de Rais (del que hablamos en artículos anteriores). Se trata de Erzsebet Bathory, condesa Nadasky. Nacida en 1560 y fallecida en 1614. Perteneciente a dos de las ramas más destacadas de la nobleza húngara de su tiempo, esta extraña y hermosa mujer dedico la mayor parte de sus ocios aristocráticos a torturar lentamente y asesinar a las jóvenes muchachas que empleaba como criadas y damas de compañía.

En sus castillos transilvanos de Csejthe y Varanno, ayudada por damas de confianza y brujas del lugar, la Bathory tuvo todo el tiempo y la soledad del mundo para desarrollar sus terribles aficiones con un grado de sofisticación sádica escalofriante. A pesar de que ha pasado a la leyenda con el mote de La Condesa Sangrienta, lo cierto que es empleo una amplia variedad de métodos y estilos para causar dolor a sus victimas, y regocijarse en su locura ella…

Se dice que a los 4 ó 5 años de edad la pequeña Isabel sufrió de violentos ataques: puede que padeciera epilepsia o alguna otra enfermedad neurológica; en todo caso, remitieron cuando aún era pequeña. Como era corriente en la época, a los once años fue prometida al Conde Ferenc Nádasdy de Nádasd y Fogarasföld, quien le doblaba la edad. Un año después, la enviaron a vivir en el castillo de los Nádasdy, para que fuera conociendo a su nueva familia. Nunca hizo buena amistad con su suegra, Úrsula, matriarca del clan; al parecer, la joven Bathory hacía valer el rango superior de su apellido con una frecuencia que la enojaba.

A diferencia de la mayoría de mujeres (y hombres) de su tiempo, Isabel había recibido una buena educación y su cultura sobrepasaba a la de la mayoría de los hombres de entonces. Era excepcional, hablaba perfectamente el húngaro, el latín y el alemán, mientras que la mayoría de los nobles húngaros no sabían ni deletrear ni escribir [...] hasta el Príncipe de Transilvania era prácticamente analfabeto.

Al cabo de muchos momentos en espera de su marido, ésta se aburre por el continuo aislamiento al que estaba sometida, y se fuga para mantener una relación con un joven noble al que las gentes del lugar denominaban "el vampiro" por su extraño aspecto. En breve regresa de nuevo al castillo y empieza a mantener relaciones lésbicas con dos de sus doncellas.

Desde ese momento, y para distraerse de las largas ausencias de su marido, comienza a interesarse sobremanera por el esoterismo, rodeándose de una siniestra corte de brujos, hechiceros y alquimistas.
De inclinaciones lésbicas, a la condesa le gustaba contemplar a las sirvientas del castillo, y, tras elegir a las más hermosas, obligarlas a trabajar desnudas ante sus ojos. Estas eran las más dichosas.

Aun estando vivo su marido, Ferenc Nádasdy, ya se dedicaba a cosas tan peculiares como hacer cubrir a las criadas desobedientes con miel y atarlas en el jardín, dejándolas allí día y noche para el disfrute y pasto de los insectos. Pero tras morir su marido se desatarían sus ansias asesinas más sangrientas y refinadas.

Ayudada por su antigua nodriza, Io Ilona, y por la bruja Dorko, entre otras cómplices, la Bathory comenzó a hacerse traer criadas y sirvientas de todos los rincones de Hungría y los Cárpatos, atraídas por la promesa de mejorar sus miserables vidas campesinas al servicio de la nobleza.

Pero no sabían lo que les esperaba en aquellos malditos castillos.

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